2023-01-15

Este artículo señala 4 puntos importantes para que puedas enseñarles a tus hijos a tomar decisiones adecuadas y tener control de sus vidas.

Vivimos en un planeta donde los valores morales están desapareciendo. Vivimos en un mundo donde es muy simple para los hijos ser engañados por la tendencia a ‘desobedecer’ a sus progenitores. Por esto, muchos padres se preguntan de qué forma pueden educar a los hijos y enseñarles los beneficios de la obediencia.

Asimismo, entre estas perlas del saber está el cómo reconocer que la desobediencia siempre y en todo momento va a traer desventajas.

Generalmente, se sabe que la obediencia produce dicha y paz, al paso que la desobediencia conlleva a dudas, miedo y falta de confianza en las personas. Lo antes posible debemos inculcar este principio a los hijos para que, así, sean mayores las recompensas que conseguirán en sus vidas.

Ahora, se especifican 4 principios morales que en calidad de progenitores precisamos enseñar a nuestros hijos, para que luego, por ellos mismos, puedan decidir prudentemente cuál es el mejor camino a seguir:

1. Hacer lo adecuado, en especial cuando absolutamente nadie mira

El camino del obediente siempre y en todo momento va a estar más claro, más despejado. Esto los anima a ser prudentes y confiados en sí mismos. En este camino, prácticamente, hacer lo correcto incluye hacer el bien, incluso cuando absolutamente nadie ve nuestras acciones.

2. Buscar la sabiduría

Las personas obedientes no sortean las reglas, “No dejes camino real por vereda”. También, respetan la experiencia de las personas mayores que obedecieron y consiguieron recompensas y se complacen en seguir los buenos ejemplos.

Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; Y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia (Proverbios 4:7).

3. Tomar resoluciones propias

La mayor parte de las personas siguen a la gente popular. Así es, sean buenas o malas y sin medir las consecuencias.

Es decir, hacen lo que hacen, mas con el tiempo se dan cuenta de sus equivocaciones, decepciones y observan horrorizados lo que han perdido. Por otro lado, las personas obedientes, en cambio, toman sus propias decisiones, si bien sean los únicos que hacen lo que es adecuado y sean objeto de mofas y críticas.

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4. Eludir tomar atajos

La mayor parte de las personas desobedientes siempre, y en todo momento, llegan antes por el hecho de que toman atajos. Estas personas conocen mil sendas alternativas, no admiten reglas o sencillamente las ignoran.

Por tanto, al final se presentan con cara de triunfo: se creen mejores, pues lo reciben todo sin esmero alguno. Esto porque efectúan cosas que, de alguna forma, los hace sentir superiores, más inteligentes y populares que los demás.

En otras palabras, les da un éxito momentáneo. Debemos enseñarles a nuestros hijos a ver un patrón en esos casos: generalmente, lo que fácil viene, fácil se marcha.

No es tan complicado saber cuándo alguien es obediente, y, en contraste a los precedentes, esta persona está presta a admitir los retos. Además de esto, está presta a aprender y comprende que todo requiere paciencia antes de conseguir resultados.

Hay que enseñar a nuestros hijos a esmerarse por continuar el camino que les va a llevar a conseguir las cosas diciendo la verdad, con honestidad.

 

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En conclusión

Cuando los hijos comprenden que no hay dos caminos, sino más bien solo uno que les conduce a lo bueno y al auténtico éxito, y que el otro camino no es sino más bien un espejismo.

Si logran que sus hijos aprendan esto, los padres tendrán mayor oportunidad de guiarles. Todo con el fin de que puedan seleccionar las decisiones apropiadas que conduzcan a una vida completa. Una vida en donde siempre y en toda circunstancia se recibe más de lo que se da.

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