Conformarse a este siglo significa simple y sencillamente acostumbrarte a hacer las cosas exactamente como las hacen todas las personas, a recibir todas las cosas tal y como vienen, y no cuestionar nada ni preguntarte las consecuencias futuras que cualquier persona, cosa, relación, objeto, enseñanza etc., pueda tener en tu vida. (Y cuando digo “tu vida” también estoy incluyendo a tus seres queridos).
El concepto general del fracaso es que, fracasar es algo doloroso, vergonzoso, y en la mayoría de los casos letal y permanente en la vida de la persona que ha fallado, es decir, una vez que has fracasado, siempre serás un fracasado. Sin embargo, en la biblia podemos ver cientos de testimonios de personas fracasadas quienes se levantaron y trajeron la gloria a Dios de muchas maneras.
Otro concepto de este mundo que también es una mentira es que “es difícil o casi imposible perdonar a quien te ha herido”.
El mundo no sabe perdonar, o como dicen los “Samuráis”: “Yo perdono, pero no olvido”. El no perdonar es el tema principal de las novelas, donde al final los buenos salen ganando, lograron su venganza sobre el mal que les hicieron los malos, y los buenos nunca tuvieron que perdonar a los villanos.
Perdonar es, no tomar en cuenta la ofensa que se nos ha hecho, en cierta manera perdonar es olvidar, conforme a la biblia. Y en realidad no es imposible perdonar sobre todo cuando en tu corazón reina Cristo, pero está creciendo alarmantemente el número de parejas cristianas que no pueden perdonar la infidelidad de un cónyuge, o simple y sencillamente también está el caso de los pleitos entre cristianos donde un perdón verdadero ya no es tan común como lo era hace un tiempo.
Se rompen para siempre bellas relaciones y grandes amistades, porque no podemos hacer el esfuerzo de perdonar. He preguntado a personas que fueron ofendidas, si pensaron en algún momento en perdonar a quien las ofendió, y me dicen que “no, no lo han pensado”, “es imposible” “tal vez si la otra persona me pide perdón”.
Pero no es así como nos dice la escritura que debemos de perdonar y si el concepto bíblico del perdón, que viene de Dios ya no está en nuestras mentes, entonces, tenemos que renovar nuestro entendimiento. Tenemos que sentarnos y leer la palabra de Dios de manera consciente, tratando de entender aquellas cosas que activamente tenemos que cambiar, sacar, arrancar de nuestras vidas.
Estamos viviendo tristemente en una generación torcida donde los cristianos se han conformado a este mundo en su manera de pensar y de actuar.
La libertad que Dios nos da está en no conformarnos a la manera de pensar de este mundo sino en activamente buscar renovar nuestro entendimiento. Cuando nuestros conceptos se transforman en los conceptos verdaderos que vienen de Dios entenderemos su voluntad bella y perfecta para nuestras vidas.
Escrito por Hermes Alberto Carvajal
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