Encontrar la paz en medio de las tormentas de la vida

2022-09-01

Cuando el huracán Diana azotó el valle de Guaymas en agosto de 1990, llegó con una brutal combinación de destrucción y desolación. Se perdieron vidas, se destruyeron hogares y se devastaron comunidades.

Aún lo recuerdo, como si fuera ayer... Venía de viaje en autobús desde Guadalajara a Hermosillo. Llovió tanto, que colapsaron las carreteras. Nos quedamos en la ciudad de Guaymas durante tres días. Ya puede usted imaginar, sin planificarnos previamente tuvimos que permanecer sin dinero, haciendo filas en las iglesias para que nos dieran algo para comer.

La pesadilla parecía que nunca iba a terminar

La lluvia no cesaba, las precipitaciones iban cada vez más en aumento. El viento soplaba muy fuerte, amenazando con llevarse todo a su paso: árboles arrancados de raíz, techos desprendidos de las casas como si hubiesen estado hechos de galletas. Fue tan grande la inundación, que en la zona los automóviles eran impulsados por las aguas torrenciales que en ese entonces ocupaban calles y avenidas. Muchas personas fueron arrastradas, pedían auxilio desde la oscuridad, Donde allí, ocultas, aún tenían esperanzas.

El desastre natural también dejó a muchas personas aisladas, tanto físicamente, ya que las carreteras permanecieron cerradas durante días, como emocionalmente, por el hecho de que muchas víctimas se encontraron luchando con su propia avalancha de pensamientos.

¿Cómo pudo Dios permitir que esto sucediera? ¿Volverán las cosas a la normalidad? ¿Por qué nos ha pasado esto?

Los huracanes hacen aflorar nuestras emociones más crudas: lo bueno, lo malo y lo feo. Cada persona maneja el estrés y el trauma de manera diferente. Algunas personas se derrumban mientras que otras construyen muros alrededor de sus corazones.

Sabes que no estás solo

Esta vida puede ser un viaje muy solitario. Cuando llegan los momentos difíciles, podemos sentirnos solos y como si nadie entendiera por lo que estamos pasando. Pero no estamos solos. Dios está con nosotros en medio de nuestras luchas, y quiere ayudarnos a superarlas.

El profeta Jeremías escribió:

"Porque yo sé los planes que tengo para ustedes -declara el Señor-, planes de prosperidad y no de maldad, planes de esperanza y de futuro".

La presencia de Dios es algo que no puedes ver con tus ojos, pero eso no significa que no esté ahí. Cuando te sientas abrumado, intenta hablar con Dios y hacerle saber por lo que estás pasando. Él quiere ayudarte y estar a tu lado durante este tiempo difícil.

Apóyate en la Palabra de Dios durante los momentos difíciles

Si estuvieras construyendo una casa, te asegurarías de tener unos cimientos fuertes. Al mismo tiempo, sabrías que incluso los cimientos más fuertes se desgastan con el tiempo. Lo mismo ocurre con nuestras mentes y espíritus. Aunque sabemos que la Palabra de Dios nunca nos fallará, también sabemos que nosotros, como humanos, somos imperfectos y cometeremos errores.

Sin embargo, tener un fundamento firme nos ayudará a evitar que el desgaste de la vida nos supere. La Palabra de Dios es ese fundamento firme. Suelta tus miedos, inseguridades y ansiedades, apóyate en Dios y en sus promesas, y tus problemas parecerán menos importantes. Suelta tu orgullo y ábrete a la Palabra de Dios. Descubrirás que te proporcionará la fuerza y la orientación que necesitas para superar este difícil momento.

Desarrolla el hábito de la gratitud

A través del Libro de los Salmos, vemos que el Salmo 100:4 nos llama a "entrar por sus puertas con acción de gracias y por sus atrios con alabanza. Dadle gracias y alabad su nombre". Cuando te sientas a pensar en tus problemas, los pensamientos que no son útiles para ti ni para los que te rodean se abrirán paso en tu mente.

Puede que te encuentres atrapado en un círculo vicioso de autocompasión, ira o culpa. Debes romper este ciclo y dirigir tus pensamientos hacia la gratitud. Cuando tienes momentos difíciles, es fácil centrarse en las cosas malas que han sucedido y en las que sucederán en el futuro. Cuando ocurren cosas malas, tendemos a preguntarnos "por qué" y a centrarnos en lo negativo. Pero cuando ocurren cosas buenas, tendemos a dar las gracias y a centrarnos en lo positivo.

Por lo tanto, en cambio, intenta centrarte en los aspectos positivos en medio de la tormenta y en el "por qué" de los momentos difíciles. Cuanto más te centres en lo positivo, más te llegará. Asimismo, cuanto más te centres en el "por qué", más entenderás la situación y menos estrés sentirás.

Sé paciente y recuerda que las cosas mejorarán

Esto es lo más importante que debes tener en cuenta durante un momento difícil. Es posible que sientas que nunca lograrás superar la tormenta o que las cosas nunca mejorarán, pero debes saber que la promesa de Dios de que las cosas mejorarán es cierta.

Mira, durante un tiempo difícil, es fácil perder de vista el panorama general. Recuerda que tu vida no ha terminado, sino que acaba de empezar. Los momentos difíciles te ayudarán a convertirte en una mejor persona y a aprender lecciones importantes que no habrías aprendido de otro modo. La promesa de Dios de un mañana mejor puede ayudarte a superar el día de hoy.

Palabras finales

Cuando estás pasando por un momento difícil, puede que te sientas solo y como si nadie entendiera por lo que estás pasando. Ten en cuenta que Dios está siempre contigo, y que su Palabra puede ayudarte a superar las tormentas más duras.

Amigo, amiga, con la ayuda de Dios y de su Palabra, conseguirás superar este momento difícil más fuerte y más preparado para lo que venga después. Ahora que has leído este artículo, puedes mirar atrás y recordar que durante los tiempos difíciles es crucial apoyarse en Dios y en su Palabra. También es valioso desarrollar un hábito de gratitud, ser paciente y recordar que las cosas mejorarán.

  Escrito por, Hermes Alberto Carvajal
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