2020-09-24

Aunque algunos amigos de Jesús tienen problemas al momento de declarar, la verdad es que debemos declarar cada día la gratitud de nuestro Dios para nosotros. Declarar es afirmar algo y esto es algo que no debemos dejar de lado.

La verdad es que debemos estar agradecidos siempre. Para nosotros debe ser fácil dar gracias a Dios en todo tiempo, en los buenos y en los malos. Sin embargo, solemos dar gracias cuando logramos tener algo que deseábamos, por ejemplo, una casa o ese carro que tanto necesitas y por el cual has orado tanto.

Las bendiciones aparecen en el momento justo, quizás Dios ha desaparecido aquel bulto sospechoso en tu pecho, o ha respondido tus oraciones oportunamente. Son tantos los milagros que vemos a diario. Es posible que en estos días ha salido negativa esa prueba que te hiciste temiendo lo peor. Cuando estas cosas pasan damos gracias a Dios porque es bueno y ha prometido que su misericordia será para siempre. Está bien declarar tu gratitud cuando estas cosas tan buenas te han pasado, pero, ¿pueden la preocupación y la gratitud a nuestro Dios coexistir?

Veámoslo de este modo:

Cuando nos ha ido bien, estamos agradecidos. Nuestro amor y corazón se enfocan en Dios por lo que ha hecho posible para nosotros. Pero cuando nos va mal, también debemos dar gracias. Si así lo hacemos, estamos bien. 

Un ejemplo en la Biblia sobre esta situación la podemos ver cuando David debió enfrentar a los filisteos. En ese momento su mente estaba inquieta. Quizás sintió miedo, pero no se turbó, recordó todo lo bueno que Dios había hecho por él, incluyendo las veces en las que Dios intervino para librarlo del mal. David se sentía agradecido por la asombrosa victoria que le concedió al derrotar a Goliat. Esto nos hace pensar en el carácter protector de nuestro Dios. Él no se olvida de nosotros, corre y se da prisa en socorrernos.

Pero algo que sin duda caracterizó a David es que él jamás pensó que podía hacerlo por sí mismo. Él sabía que la fuerza venía de lo Alto.  David no se dejó intimidar por Saúl, él sabía que podía contar con su Dios Todopoderoso en cualquier cosa y a cualquier hora.  De hecho, se sintió tan confiado que no dudo en correr hacia Goliat (1 Samuel 17:37).

Cuando agradecemos estamos obedeciendo a nuestro Dios

Dios ama a las personas agradecidas. Debemos darle gracias en todo porque Él es bueno. Tal y como Él lo dice en su Palabra en 1 Tesalonicenses 5:18: "Den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús.". Como podrás ver, Dios quiere que agradezcamos en todo tiempo, sea malo o bueno debemos agradecer. Sea que estemos viviendo en la incertidumbre. En todo tiempo, debemos dar gracias a Dios. 

Dios sabe a qué nos enfrentamos.

No pienses que Él no lo sabe, pero ... aun así, Dios quiere que le des las gracias por honor a su Santo Nombre. Así que, aunque la situación que estés atravesando sea espantosa y estemos impactados, Dios no lo está. 

Dios está en todas partes, y lo sabe todo porque es omnisciente. Así que, sea lo que sea que estés atravesando, Dios lo sabe y, si pides ayuda, Él te ayudará. Lo prometió: "Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces" (Jeremías 33:3). De hecho, Dios tiene contados cada uno de los cabellos en tu cabeza.

No cae una hoja de un árbol sin que Él lo sepa. Los beneficios de estar agradecido pueden ser asombrosos. En mi opinión, estar agradecido es un acto de bondad amorosa. Poder expresar gratitud en una variedad de situaciones ayuda a desarrollar la confianza y la autoestima. Además, estar agradecido rectifica tu confianza en Dios y esto puede ayudarte a superar los obstáculos en tu camino.

A veces, es hora de comenzar a pensar en cómo se siente y tomar medidas para cambiarlo. Una excelente manera de comenzar a hacer esto es escribiendo lo que quisieras que Dios cambie en tu vida. 

Una buena forma de pensar en esto es que cuando te sientas agradecido por lo que tienes. Este tipo de acción no tiene por qué ser un auto nuevo o unas vacaciones extravagantes, o porque tienes buena salud y Dios te ha librado del mal. Da gracias porque reconoces que Dios tuvo misericordia y, por eso, te sientes agradecido de su gracia.

Otra excelente manera de comenzar a sentirse más agradecido es dedicar unos minutos cada día a estar agradecido por las personas que están cerca de ti. Probablemente hay momentos en los que ni siquiera los reconoces, pero están ahí. Personas como familiares, amigos, vecinos y compañeros de trabajo que Dios puso ahí para ayudarte. Si puede hacer esto de manera constante, lo beneficiará enormemente.

No obstante, siempre o casi siempre somos más prestos a quejarnos.

"Tampoco debemos quejarnos, como algunos de ellos lo hicieron. Por eso el ángel de la muerte los mató" (1 Corintios 10:10).   

Por otro lado, cuando somos positivos, las personas a nuestro derredor ven reflejada la luz de Cristo en nosotros, alcanzándolos.
Así que, no importa por lo que estés pasando, tu situación no debe determinar tu actitud.  

Por último, cuando empezamos a darle gracias a Dios en nosotros crece aún más el agradecimiento, pues comenzamos a verlo en todas partes, y, así es: Dios está en todas partes, incluyendo en tu interior.