Esquizofrenia: Causas, síntomas y tratamiento

2020-04-14
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Hola:

 

Quisiera expresar algo que he vivido al haber llegado a este país en busca de un mejor futuro para mis hijos. Bueno, al llegar acá todo fue bonito; pero tres meses después mi esposo de 20 años de casada se pone celoso y medio locón. Él me reclama el no tener celular ni computadora y esas cosas. Bueno, ¡ya me cansé!, le dije que se fuera de la casa, que ya  no quería nada con él. 

La verdad es que me despertaba a cualquier hora de la madrugada para que platicáramos, y no me dejaba en paz. 

En una ocasión, se fue a la calle a dormir en su carro (según él), pero la verdad es que no supe nunca dónde estaba. Luego regresó y me dijo: "Vete tú, porque yo pago acá y no tengo porque estar en la calle, ¡ok!". Nos peleamos y me llamó a la Policía y me llevaron presa porque él me acusó de haber tomado un arma para matarlo. Eso hizo que me encerrarán y me tuvieran allí, lejos de mis hijos. 

Sufrí mucho al saber que me pusieron una fianza y él no quiso pagarla para sacarme. Entonces tuve derecho a una sola llamada y... decidií llamar a un amigo. Gracias a Dios, él me contestó y me prestó el dinero y pude salir. Luego tuve que irme por quince días de la casa, en los cuales mis hijos y yo sufrimos mucho. 

Yo le pedía mucho a Dios, pero nadie más sabía lo que estaba viviendo. Todo mundo me dio la espalda: me vi sola, lloraba por las calles y por todos lados. Para colmo se me declaró el asma, una enfermedad muy mala. Tuve una alergia muy mala y tenía que ir todos los días al hospital, con el asma y con los ojos inflamados. Pero eso no es todo: mis manos se explotaban, mis dedos se hacía heridas y me dolían mucho mis ojos; se me cuarteaba la piel, lo mismo con mis labios. No sabía de dónde salía todo eso. 

Yo daba pena, acostada en una cama sin poderme mover. Mis hijos me decía que me amaban, y yo les decía que los quería y que me aferraba a Dios, que Él nos iba a levantar. 

Pero nadie me ayudaba. Me conectaba al facebook para platicar con la gente, pero perdí muchas amistades. Pensé que eran amigos y primos. Un día mi padre y un hermano me dijeron cómo estás, y le dije que bien, gracias y les dije que me iba a divorciar, que ya no iba a volver con él y que pelearía todo y, recuerdo que mi hermano y mi padre me dijeron: "Sé feliz, lucha por tus hijos y por ti. Y no ojees por nada, si él te quiere dar algo, !qué bueno! y si no, déjale todo a Dios". 

El día que firmamos los papeles de divorcio, no me dio nada. Me dolió y sentí feo, pero no quise pelear las cosas materiales. Lloré, sentía odio y mucho dolor en mi corazón; así que llamé a su hermana y le platiqué, y ella me dijo que me había dicho que peleara, que por qué le dejé todo. Y mis únicas palabras fueron: "No te preocupes, yo estaré bien porque me quedé con lo más valioso que uno puede tener en la vida, le cambié todo lo material por mis hijos". 

Mis hijos no tienen precios, amigos. Lloré todo un mes, pero luego apareció un amigo de la infancia y me propuso matrimonio. Él me dijo: "Si te dejas amar, yo te amaré más. No soy millonario, pero tengo mi casa y mis cositas; y puedes ser feliz conmigo. Tus hijos serán mis hijos porque no tengo y ello siempre serán primero que nosotros".

¡Wow! Lloré de felicidad al escuchar y sentir aquellas palabras tan lindas. Eran las palabras que necesitaba escuchar: "Que alguien me brindara amor y cariño". 

Hoy en día estamos felices mis hijos y yo junto a este hombre maravilloso. Vivimos como una verdadera familia y aunque aún somos novios, nos conocemos cada día y nos aceptamos como somos. En cambio mi ex esposo está muy mal, se le murió su papá y su mamá está al borde de la muerte. La casa está destruida y la mantiene cerrada. Está solo. 

Mis hijos y yo oramos por él cada día. Pero con esta historia sólo les quiero decir a todos, que hay que dejar que Dios tome el control de nuestras vidas. Hay que permitirle a Él obrar. 

Dios los bendiga, estoy feliz. Ya salí de mi problema porque Dios no me dejó sola y, dos años después llegó el amor y espero que para siempre. 

¡Dios es bueno! ¡Ánimo, si se puede!

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