Dios te dice en este día que no tienes que pelear esta batalla, Él peleará por ti

2022-03-06
Dios Es Bueno. Renuevo de Plenitud

Kyle Idleman, pastor y autor del popular libro: “Not a Fan” (No solo un aficionado), desafía a los creyentes sobre lo que es un verdadero seguidor de Cristo, y en su libro más reciente, “Gods at War: Defeating the Idols That Battle for Your Heart” (Dioses en Guerra: Derrotando los Ídolos que Batallan por tu Corazón), indaga sobre la idolatría, lo que el considera el mayor, pero poco identificado problema de los creyentes en la actualidad.

 “¿Qué pasaría si te dijera que todo con lo que luchas, cada desaliento, o tu falta de propósito, es por la idolatría?”, escribe Idleman en su libro. “La idolatría es tan primitiva, casi irrelevante… y aún así, la idolatría es el tema principal de la Biblia, y algo en lo que deberíamos de poner más cuidado”.

Idleman abre los ojos de cada lector definiendo modernamente al ídolo, y describiéndolo como “un pecado grande que todos podemos tener”, e indica que es “cualquier cosa que toma el lugar de Dios, que se convierte en sí mismo en fin, que está en el trono del corazón, en vez de Dios”.

“Al final todo está en tu corazón”, dice. “por eso Jesús enfatizó en eso… El corazón se convierte en la batalla de los dioses, porque todo surge de el mismo”.

Y los ídolos son algo difícil de detectar en estos tiempos, porque ya no son una estatua tallada o de oro, o  de animales como en el Antiguo Testamento, ya que estos ahora están presentes en todos los ámbitos de nuestras vidas como el éxito, la familia y otros. Algo que no se considera como pecado.

Idleman muestra y habla de los ídolos más comunes en la actualidad, y los describe como dioses que pelean por el corazón del ser humano como la comida, sexo, entretenimiento, el éxito, el dinero, las metas, el romance, la familia, e incluso el mismo ego.

“Si usted analiza cualquiera de las luchas que tiene, encontrará que debajo de eso está un ídolo, un dios falso”, escribe Idleman. “No es, sino hasta que ese dios es removido del trono, y da al Señor Dios el lugar que merece y corresponde: es ahí cuando obtendrá la victoria… La idolatría no es sólo uno de los problemas, es el problema entero”.

 

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