Irán podría mandar a la horca a pastor estadounidense

2022-12-13

Hoy en día los sistemas políticos están pasando por una serie de procesos tan fuertes que han originado el desplazamiento de su población en busca de mejoras que se han vuelto inaccesibles en sus países de origen.

Hay personas que dejan el territorio por diferentes razones, ya sean laborales, económicas, situaciones de violencia social, guerras o porque su vida está en peligro. Sin embargo, el riesgo del migrante está en que no hay garantía de mejoría al cambiar de nación.

Nadie hace algo sin antes pensarlo

Pensar primero las cosas y después poner su confianza en eso que va a hacer. Así mismo, lo primero que deberían tomar en cuenta las personas que deciden irse a otros lugares y que no conocen el camino que deben recorrer es pedir dirección al Señor.

Pedir su dirección y guía es lo primero que debemos hacer al enfrentarnos a todas las vicisitudes que encontraremos en nuestro andar, pues él es el único que conoce todos los caminos que llevan a bien.

Actualmente, los seres humanos se están dejando llevar por las circunstancias y producto de la desesperación han tomado rumbos donde sus desenlaces han sido fatales, porque:

“Hay caminos que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 14:12). Dios no quiere que perezcamos sin él, por eso quiere que le busquemos antes de fijarnos un destino.

Ningún camino es fácil

Ningún camino que elijamos será fácil de transitar. O será muy largo, pero con demasiados baches o muy corto, con mejores condiciones, pero muchos peligros al transitar. No hay camino fácil, siempre hay un riesgo.

Si eliges hacer el bien, las pruebas te abrumarán. Si escoges hacer el mal, aún peor te irá. “

Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” (S. Mateo 7:13-14).

Nada te asegurará un final próspero y feliz lejos de tu tierra. Sin embargo, de la mano del Señor no importa donde hayas decidido estar, pues sus misericordias te alcanzarán. El riesgo del migrante es no encontrar la felicidad en aquello que buscó, mas los caminos con Jesús se llenan de paz y amor.

Todos somos migrantes en la Viña del Señor

En algún momento de nuestras vidas tomamos la equivocada decisión de apartarnos de Él para poner nuestra confianza en cosas vanas y pasajeras, más si te vuelves a él serás restaurado y se borrará de ti toda injusticia.

Algunos eruditos de la Palabra han dicho que cuando Dios decide procesar un país, a donde quiera que huyesen sus habitantes, les alcanzará dicho proceso por ser parte de él. Esto no quiere decir que debas quedarte cuando has decidido irte, sino que aún fuera de tus raíces, pidas perdón por todo aquello que haya podido ofender al Padre.

Conclusión

Nadie sabe si habrá un fin, por eso nadie puede asegurarte una vida sin problemas y desazones. Más Dios es el principio y fin solo debes darle el primer lugar en tu vida para que no termines a la deriva donde todo es agonía.

El riesgo del migrante al dejar su tierra es pasar hambre, frío, desnudez, discriminación entre otros. Así mismo, la vida sin Dios se vuelve desolada y vacía a causa de la desobediencia. Es por eso que debemos seguir los pasos del Maestro, pues su andar no implica riesgo alguno y mientras nuestro lugar sea el Reino Celestial, el rumbo se hace oportuno.

 
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