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2020-10-31

Cuando Jesús vino al mundo, lo hizo con el propósito de salvarnos de nosotros mismos. Es decir, vino a morir por nuestros pecados. 

Dios perdona nuestros pecados al perdonarnos en el nombre de Jesús. El perdón de Dios no depende de nuestras obras. No se basa en nuestro buen comportamiento, va más allá.

Desde que Adán y Eva pecaron por primera vez, todos hemos pecado por lo que hemos sido destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23).

Puede que todos estemos ya tentados a creer que el pecado que hemos cometido no ha sido tan terrible debido al hecho de que seremos perdonados por hacerlo en cualquier caso. Sin embargo la realidad, como dice la Biblia en Hebreos 10:26-27, "Si después de recibir el conocimiento de la verdad pecamos obstinadamente, ya no hay sacrificio por los pecados. Solo queda una terrible expectativa de juicio, el fuego ardiente que ha de devorar a los enemigos de Dios.".

La Biblia está llena de sabiduría, información y verdad a la que debemos atenernos. Aunque tengamos un problema con ciertos pecados, podemos estar seguros de que una vez que arrepentidos, pedimos perdón, Él nos perdonará. Pero nuestra batalla es cambiar nuestros deseos carnales y buscar primeramente el reino de Dios y su justicia.

El perdón de Dios


En la oración modelo, Jesús nos dice que debemos perdonar a los que nos ofenden. Si ya se nos dice que perdonemos a los demás, ¿por qué no nos perdonaría nuestro Dios? Nuestra mente y también el enemigo normalmente nos hacen pensar que Dios "nos odia" y nunca nos perdonará. La verdad es que Dios nos ama tanto que envió a su hijo Jesús al mundo para que diera su vida por nosotros. Hizo esto para que pudiéramos reconciliarnos con Él (Juan 3-16).

¿Por qué Dios perdona nuestros pecados?


El perdón de Dios se basa en el hecho de que, cuando aceptamos a Jesús, nos hemos convertido en uno con Él. Dios no necesita castigar a cada persona, pues Jesús sufrió todo el peso de nuestros pecados en la cruz.

En Isaías 43:25, Dios dice:"Yo soy el que por amor a mí mismo borra tus transgresiones y no se acuerda más de tus pecados". Así que, al confesar tus pecados a nuestro Dios, Él perdona y no los tendrá en cuenta nunca más. Pero, además, se advierte, el adversario intentará ayudarte a no olvidar esos pecados aunque la verdad es que Dios no lo hará.

Así que, no creas las mentiras del enemigo. Cuando pides perdón, Dios arroja todos nuestros pecados a las profundidades del océano. 



¿Has estado alguna vez en una situación en la que creías que el individuo que te agravió nunca debería ser perdonado? No importa lo que haya hecho, podría haber transformado tu vida  o tal vez la vida de alguien de quien eres consciente. Pero además, ¿tendrías consideración y fascinación con esta persona aunque sientas que no tiene derecho a tu perdón?

Sin embargo, si no perdonas a los individuos, tu Padre no perdonará tu maldad". Mateo 6:14-15 afirma: "Porque si perdonáis a los hombres su maldad, vuestro padre perfecto también os perdonará a vosotros". 

Así que, cuando cuestionas el perdón de Dios, la pregunta inicial, después de la cual te arrepientes. Entonces cree que el Señor te ha perdonado sin duda. La vacilación es del adversario, quien busca confundirte y hacerte creer lo contrario de las cosas que el Señor le ha dicho.

Por esa razón, ciertamente hemos sido redimidos debido al sacrificio de Cristo. Ciertamente tenemos la redención en Él a través de su sangre, el perdón de nuestras transgresiones. 

Dios es tres veces santo. Nosotros, por nuestros propios medios, no podemos llegar a Él. Por esta razón, Jesús debió pagar el precio. 


En resumen: No hay perdón de los pecados sin una conexión inquebrantable con Dios. El pecado es pecado, porque nos separa de Dios. Es decir, este se convierte nuestra incapacidad para unirnos a Dios, cuando Dios perdona nuestros pecados, por la sangre de Cristo, quedamos limpios, sin manchas ante Él.

Una oración final

Señor, muchas gracias por este día en el que tengo más claro el hecho de que tienes el poder y el deseo de perdonar mis pecados. 

Gracias, Señor, por darnos vida a través de Jesús. Padre, oro para que todos y cada uno de los que lean esto puedan estar llenos de Tu Verdad. Te pido que anules cualquier mentira que el enemigo esté susurrando al oído de este lector para confundirlo y hacerle creer que no lo amas y que no quieres perdonarle. 

Que esta persona sienta ahora mismo como derramas tu gloria sobre él o ella y recibe tu perdón. En el nombre de Jesús, Amén.

 
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