No te des por vencido: 5 palabras proféticas para tu corazón

2022-03-02

<<A la verdad, no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen: de los judíos primeramente, pero también de los gentiles.>> Romanos 1:16

Proclamas es creer, es declarar, es hablar con convicción. Es alabanza, y adoración. No podemos decir que conocemos a Dios si no sentimos el deseo de proclamar, hablar, exaltar su nombre.

Cuando lo exaltamos estamos recordando las maravillas que ha hecho en nuestras vidas, las que está por hacer, el poder de su palabra, lo fiel de sus promesas.
Creo que podríamos escribir un millón de libros o aún más acerca de lo maravilloso que es proclamar a nuestro Dios.

Fuimos sellados por Dios escogidos para glorificarle y exaltarle. No vivimos para nosotros mismos porque sabemos que esto es vanidad y perdición para nuestra alma. 

Proclamar el nombre de Dios es más que decir: ¡Dios te bendiga! cuando saludas a un conocido. Proclamar el nombre de Dios es declararle a todos que Cristo vive y reina por los siglos de los siglos. Hablarle a todos de lo que el Evangelio ha hecho contigo y que Cristo es nuestro único y suficiente salvador.

No podemos proclamar el nombre de Dios con un saludo. Toda nuestra vida debe proclamar el Nombre de nuestro Padre. Compartir y hablar de la Biblia es algo debemos hacer con regularidad, tan solo unos pocos versículos puede ser de fortaleza para un amigo:


<<Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón>>. Hebreos 4:12 


4 Poderosas razones por las que debemos proclamar el nombre de Dios:


1- Dar a conocer el regalo de la cruz, la salvación. 


No podemos ser celosos con  nuestro Señor Jesucristo, así como Él es tu salvador, Él es el salvador de toda la humanidad. Si de verdad amas a tu prójimo apúrate porque este conozca la luz del Evangelio y las maravillas que guarda la Biblia.

<<Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra>>. 2 Timoteo 3:16-17


2- Nos fortalecemos en el Evangelio. 

Tanto tú como las personas con quienes compartas el Evangelio serán edificados y confrontados por la Palabra de verdad. No hay justo ni uno, no hay persona que no peque. Todos necesitamos buscar la santidad con diligencia y apurarnos por ser aceptos en Cristo Jesús. 

<<Por lo tanto, abandonando toda maldad y todo engaño, hipocresía, envidias y toda calumnia,  deseen con ansias la leche pura de la palabra, como niños recién nacidos. Así, por medio de ella, crecerán en su salvación, ahora que han probado lo bueno que es el Señor>>.  1 Pedro 2: 1-3

¡Proclama que Cristo tiene Poder!

 

3- Nos santifica y acerca al Padre.

Cuando proclamamos  el Nombre de Dios todas las personas a tu alrededor salen beneficiadas. La santidad viene de Dios. A pesar de que sabemos distinguir lo que es bueno y lo que es malo, nuestro corazón siempre se inclinara por los deseos de la carne.

<<Sean ustedes santos, porque yo, el Señor, soy santo, y los he distinguido entre las demás naciones, para que sean míos>>. Levítico 20: 26

Cuando escuchamos o hablamos acerca de las Sagradas Escrituras estamos plantando una semilla en nuestros receptores. La fe viene por el oír. 


4- Proclamar el Nombre de Dios es un mandato.

<<Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,  enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo>>. Mateo 28: 19-20

Somos llamados a evangelizar a las naciones y dar a conocer el Nombre de Dios. Como vasijas de barro llevamos su Evangelio, instrumentos suyos somos. Portadores de Su Gracia y las lámparas que brillan, que brillan de la luz de Cristo.

 
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