
Desde el
vientre de tu madre, te miré. El día que viste la luz, te elegí.
Escuché
tu llanto, me gocé en tu risa. Vi tus primeros pasos, tus primeras caídas.
Cuando en
las noches en tus sueños me llamabas, y en aquel rincón tus temores me
contabas.
Yo soy
Jesús, soy el mismo. El que hizo un pacto contigo cuando aún eras un niño.
Yo Soy el
que Soy, y el
pacto aún sigue vivo. Fuiste, eres y para siempre serás mío...
"...El SEÑOR tu Dios está en medio de ti: Guerrero
victorioso. Se gozará en ti con alegría. En su amor guardará silencio, se
regocijará por ti con cantos de júbilo...". Sofonías 3:17
Aunque mi padre y mi madre me desamparen, aun con todo el
Señor me recogerá. Salmo 27:14
Recuérdalo, todos los días, una palabra de fortaleza para ti