La sensibilidad sensorial es una lucha diaria para los autistas
Los enfermos autistas, cuyo mal aún no está del todo diagnosticado en el mundo y las investigaciones en tal sentido no cesan, tienen una sensibilidad sensorial especial. El niño con autismo normalmente no prestará atención al sonido de una campanilla, o a otros ruidos, e incluso no registrará lo que se dice. A veces su cerebro decidirá grabar la entrada, y entonces responde. A veces parece oír los sonidos como más ruidosos que para otras personas.
La mayoría de las personas dejará de registrar un sonido, sí este continúa durante mucho tiempo sin mucho cambio, pero el autista no crece acostumbrado a un sonido firme y continuo y” no sintoniza con estos sonidos”, y algunas veces está más apto para prestar atención a cosas así. A veces registra un sonido más intensamente y otros sonidos pasan casi desapercibidos.