Mui es una mujer que tiene 22 años y su vida no ha sido nada fácil. Se sabe que ella nació con una enfermedad rara que le deja la piel en carne viva y fue abandonada por su madre en el momento de su nacimiento. Su imagen es impactante y su aspecto llama la atención de todas las personas que la observan.
Pero la atención que recibe esta mujer es muy negativa. Mui cuenta que por su aspecto ha recibido muchos insultos y hasta ha sido víctima de acoso escolar.
El haber pasado por estas situaciones tan difíciles le llevó en su momento a plantearse la posibilidad de suicidarse, pero ella ha sabido ser fuerte, y a pesar de todo, continua siempre hacia adelante; y ahora es feliz con la familia que le adoptó.
Durante sus 22 años ella sufrió tanto que llegó a desear un mundo ideal en el que la gente no la mirara mal, que no se asustase y huyan de ella al verla de cerca. Sin embargo, Mui es consciente de que esto nunca va a suceder y, por esta razón, decidió no esconderse.
Ella ha encontrado la fuerza para superar este problema y con bastante esfuerzo se ha convertido en árbitro de “rugby”; este trabajo le da la fortaleza necesaria para afrontar su vida siendo diferente, pero ahora, sintiéndose igual a cualquier persona.
Y para transmitir este mensaje, ahora cuenta su experiencia a los demás. Para ayudarles a descubrir que hay alguien valioso debajo de su piel.
Acerca de este asunto tan sólo quiero mencionar que las personas nos hemos convertido muy superficiales en estos últimos tiempos; pero tenemos que aprender a amar a los demás sin tomar “tanta importancia” a su aspecto físico; tengamos en cuenta que lo más importante de una persona se encuentra en su corazón y que eso es lo que principalmente debemos de valorar.
Les dejo este mandamiento que nos dijo el Señor, el cual nos manda a amar sin condiciones; ya que nos ordena amar y hacerlo únicamente sin alguna excepción, de la misma manera que Él nos amó sin condición alguna.
“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros;como yo os he amado, que también os améis unos a otros.
En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13:34-35)
