
Recientemente alguien nos escribió y nos pidió un punto de
vista acerca de la celebración de las Fiestas de Navidad, ya que como hay
tantas diferentes iglesias, grupos, sectas… Estas fechas para muchos, se
vuelven días de tensión y confusión. ¿Celebrar o no celebrar?
Esta
a continuación es mi respuesta, PERO DE NINGUNA MANERA TRATO DE IMPONER MI
OPINIÓN. Tratar de imponer nuestra opinión o punto de vista en este tipo de
temas, es símbolo de temor y debilidad. Mi
fe es firme, y no se siente amenazada por las creencias diferentes de otras
personas. No necesito tratar
de obligar a otros a creer en las mismas cosas que yo.
Lo único que anhelo es que todos lleguen a conocer a Dios. El Dios
vivo y a Jesucristo, su único hijo. Dios no me mandó a predicar a favor o en
contra de las Fiestas de la Navidad. Dios me mandó a hablarle a la gente de
Jesús.
Estamos
de acuerdo que históricamente el 25 de diciembre, no es el día de nacimiento ‒real‒ de Jesucristo. Hemos estudiado el tema, y
personalmente hemos estado en Israel, donde pudimos hacer preguntas y consultar
con verdaderos expertos que viven en el área y, que realmente conocen la
cultura. Ellos afirman que esta celebración específica de Navidad no era
predominante en los primeros siglos, y menos en Israel. Y también, ellos
afirman que la Navidad como se celebra de manera contemporánea, es una fiesta
que surgió de entre muchas otras fiestas de diferentes lugares, con una
mezcla variada de costumbres, tanto religiosas como paganas o no cristianas. Es
así como llegamos a la tan variada manera de celebrar de hoy: árboles, regalos,
dulces y personajes que no tienen nada que ver con el nacimiento de Jesús, como
el “Santa Clós”.
Y
como nadie sabe en realidad el día exacto del nacimiento de Cristo (algunos
afirman saberlo, pero ante un juez, nadie puede probarlo), es por esto, que
nosotros celebramos el nacimiento de Jesús todos
los días: así no le fallamos a la fecha.
Tampoco
gastamos dinero en regalos extravagantes y comida exótica, ya
que malacostumbramos a los niños, y aparte subimos kilos que no
queremos subir. Por otro lado, todos los días ‒casi todos‒ celebramos con amigos e invitamos a comer a gente: sola, enferma, que
no tienen a nadie o nada en este mundo. Esa
es nuestra manera de celebrar el nacimiento de Jesús: ¡TODOS LOS DÍAS! (Así no
le fallamos a la fecha, y cuando veamos a Jesús en persona él sabrá que siempre
le atinamos a la fecha exacta, aunque no creo que nos reclame si es que
hubiésemos decidido no celebrar su cumpleaños).
Y
si el 25 de diciembre alguien nos invita a comer o nos manda un regalo, por lo
general, atendemos la invitación (sólo una o dos en el mismo día). Pero casi
siempre llevamos con nosotros a una persona con mayor necesidad que nosotros y
compartimos (o le damos todo) lo que nos den a nosotros, con esta persona que
nos acompaña.
Mira,
muchos "cristianos" en vez de estar viendo moros con tranchete (como decía mi mamá), deberían
de usar este día 25 de diciembre, como pretexto para restaurar relaciones rotas
(ya que a veces la familia se reúne) y hablar
de Cristo donde quiera que los inviten: como lo hacía el apóstol Pablo,
quien aprovechaba hasta los altares
a dioses desconocidos para
usarlos como pretexto para predicarles de Cristo a los paganos, ¿no me crees?
Lee en Hechos 17:16-31. AQUI ESTÁ DEBAJO, LEÉLO, ES IMPORTANTE, Y
CONTINÚA LEYENDO MI OPINIÓN (y si no quieres, no continúes, mi opinión es sólo
mi opinión y no es tan importante).
Hechos 17 > Pablo en Atenas
16 Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía
viendo la ciudad entregada a la idolatría.
17 Así que discutía en la sinagoga con los judíos y piadosos, y en
la plaza cada día con los que concurrían.
18 Y algunos filósofos de los epicúreos y de los estoicos
disputaban con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero? Y otros: Parece que
es predicador de nuevos dioses; porque
les predicaba el evangelio de Jesús y de la resurrección.
19 Y tomándole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber
qué es esta nueva enseñanza de que hablas?
20 Pues traes a nuestros oídos cosas extrañas. Queremos, pues,
saber qué quiere decir esto.
21 (Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes allí,
en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en oír algo nuevo.)
22 Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo:
Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos;
23 porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé
también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al
que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio.
24 El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay,
siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos
humanas,
25 ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo;
pues él es quien da a todos: vida y aliento y todas las cosas.
26 Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que
habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los
tiempos, y los límites de su habitación;
27 para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan
hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.
28 Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de
vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos.
29 Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad
sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de
hombres.
30 Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta
ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan;
31 por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con
justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle
levantado de los muertos.
32 Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se
burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez.
33 Y así Pablo salió de en medio de ellos.
A
veces nos da por criticar o juzgar a los demás, sin darnos cuenta que en vez de
pelear acerca del tema de la Navidad, deberíamos de aprovechar para hablar del
verdadero nacimiento del Rey Cristo Jesús: como lo hizo Pablo.
Eso
sí, con eso de gastar todo nuestro salario en regalos caros y muchas veces
innecesarios e inútiles, en eso no estoy muy de acuerdo. Terminamos a veces
gastando de más, y en cosas que nadie necesita. Tenemos bastante tiempo que no
compramos regalos caros para nuestros hijos en el día de Navidad como se
celebra aquí donde vivimos. ¿Por qué? Porque
no es necesario, nuestros hijos no se van a acomplejar por no recibirlos.
Ellos son felices y todos los días aprecian el regalo de la vida y de la salud. Ellos saben que hay otros niños que
en ese día sólo reciben golpes. Este
año 2012, iremos a otro orfanato, tal vez a dos a compartir nuestro tiempo y
recursos con los niños que -aunque tú no lo creas- a veces son más felices que
nosotros, aun careciendo de cosas que a nosotros nos sobran. Vamos estar con
ellos unas horas, para que ellos compartan con nosotros su felicidad y su
fe.
Pero
por otro lado, el señalar con
el dedo a otros "cristianos", iglesias, grupos (o sectas)
por qué celebran la Navidad o por qué no la celebran es pecado, es murmuración, es asesinato: no es bueno. Esas personas (y
nosotros) o sus pastores o líderes darán cuentas de lo bueno o lo malo
ante Dios; nosotros no podemos
ser jueces de nadie. ¿Por qué hasta hoy no hemos podido entender esto? No mirar
la paja en el ojo ajeno, y cualquiera que menosprecia a su hermano, ya es
culpable de asesinato. (Mateo
5:22)
Así
que, mi respuesta a tu pregunta ¿si estamos de acuerdo con celebrar o no
la Navidad (el 25 de diciembre)? Nosotros sabemos que hay muchas
posibilidades de que esa no sea la fecha exacta. Aun así, ¿debe la gente
celebrar o no el 25 de diciembre el nacimiento de Jesús?
No podemos señalar con el dedo a nadie. Si alguien quiere
debatir o pelear sobre este punto, obviamente, esta persona no tiene ninguna
meta seria en su vida. Si le gusta andar perdiendo el tiempo incitando a
pleitos y rencillas con sus teorías imaginarias. Nadie es mejor que nadie por
celebrar o no celebrar la Navidad. Todos somos iguales ante Dios. Tal vez alguien no la celebre, y se crea asimismo muy santo por esto, pero es seguro que hay otras
cosas peores en su vida que lo descalifican como santo (como la murmuración, la
crítica, el sentirse más limpio que otros, el orgullo, la mentira, etc.... Cosas
de las que muy poco se habla en las iglesias).
Y como dijo el apóstol Pablo: "lo más importante es EL
AMOR"... Celebrar o no celebrar, NO ES EL DILEMA. El dilema es, ¿ensuciaré
mi alma atacando a los que celebran la Navidad o no la celebran, y a los que no creen lo mismo que yo creo?
(Y cabe señalar que el tema cual será exactamente el día del nacimiento
de Jesús, realmente es irrelevante para la salvación eterna del ser humano, lo
que si importa es que el nació. No importa el día, Jesús no estará a las
puertas del cielo recibiendo a la gente y preguntándoles:
- ¿Celebraste mi cumpleaños? ¿En cuál
fecha?
Escrito Por Hermes Alberto Carvajal
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