
El poderoso brazo de Dios, no se ha debilitado para
salvar. Todavía hoy, como un poderoso
guerrero, su mirada recorre la tierra buscando aquellos corazones que claman a
Él. Sus ojos se han posado sobre ti: Él conoce perfectamente tu
situación. Él ha venido como tu defensor, no como acusador. Ha venido como tu abogado,
no como tu juez. En su mano está tu vida, tu futuro, tu destino y, por tanto,
no tienes nada que temer.
Su
espada desenvainada y lista, aderezará mesa delante de ti en presencia de tus
enemigos. Para ti ha ganado la victoria. Los que te persiguen verán que
ha llegado el día de tu salvación; y cualquier dardo de fuego que es
lanzado contra ti, caerá a tierra. Quédate quieto, confía en tu Padre,
confía en tu DIOS.
Protección
divina para ti, las 24 horas del día: para mayor información llama
gratuitamente al 54:17 (Isaías)