Oraciones para sanar

"Jesús lo hizo posible."

Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados. Isaías 53: 5

Padre, que nos has proporcionado el acceso a Tu poder a través de Jesús, que en su muerte tomó mi enfermedad y me dio su perfecta integridad. Esa es la base de mi oración. Tú eres el Dios clemente que toma gran cuidado de sus hijos. Tengo la bendición de ser parte de tu familia. Estoy muy agradecido por este gran regalo. Y lo recibo ahora en el Nombre de Jesús.

"¿Cuál es mi papel en mi sanidad?"

Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie. Santiago 1: 5

Padre, te pido sabiduría para conocer y ejecutar fielmente mi parte en mi sanación. Muéstrame si tengo que hacer ajustes en mi vida para fortalecer mi cuerpo y combatir a este invasor. Da sabiduría a mis proveedores de atención médica. Gracias porque utilizas muchos medios, incluyendo las tecnologías modernas y medicamentos. Trabajas con estos medios naturales para proporcionarme la sanación sobrenatural.

"Este medicamento tiene efectos secundarios saludables."

"Hijo Mío, presta atención a lo que digo. Escucha con atención a mis palabras. No la pierdas de vista. Deja que penetren profundamente en tu corazón, porque ellas traen vida a los que las hallan, y medicina para todo su cuerpo " Proverbios 4: 20-22 NVI

Señor, estoy dispuesto a tomar cualquier medicamento que ayudará en mi sanación, especialmente la nutrición de tu Palabra. Usaste palabras para crear el mundo. Voy a pedir prestadas tus palabras, declararlas, y Tú volverás a crear mi cuerpo. Revitaliza mi carne Señor con la sanidad perfecta que viene del Reino de los Cielos. Ayúdame a vivir con un corazón que verdaderamente se deleita alabando, adorando, y amándote sin cesar con afecto infinito. Tu amor por mí nunca fallará.

"Habla contigo mismo."

"¡Alabado sea el Señor, mi alma; todo mi ser alaba su santo nombre. ¡Alaba al Señor, alma mía, y no te olvides de sus beneficios que perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias " Salmo 103: 1-3 NVI.

Como David habló con su cuerpo, mandando a todo su ser alabar al Señor, yo también mando a todas las células de mi cuerpo a adorar al Dios vivo. Al igual que David, con valentía elijo ser consciente de las ventajas que me ofreces. Entre ellos se encuentra la sanación. Células enfermas, ustedes no pueden adorar porque son rebeldes, son contrariamente existentes para la intención de Dios. Por lo tanto, hay que actuar por la orden del Dios vivo. Sistema inmune, eres parte de mi ser más íntimo, por lo que debes levantarte y restaurar mi cuerpo físico para el diseño de Dios.

"No ha terminado todavía."

"Porque él me ama", dice el Señor: "Voy a rescatarlo; Lo protegeré, porque reconoce mi nombre. Él me llamará, y yo le responderé; Yo estaré con él en la angustia, lo libraré y le glorificaré. . Con una larga vida yo le satisfacere y le mostraré mi salvación " Salmo 139: 14-16 NVI

Señor, te quiero, y yo recibo los beneficios:una larga vida libre de enfermedad! Señor, hay muchas cosas que todavía tenemos que lograr, muchas personas que necesitan mi amor e influencia, y muchas alegrías a experimentar contigo. El ladrón (enfermedad) no va a robar, matar o destruir ese propósito. Incluso cuando el estrés de la lucha llegue a mí, yo me mantendré en tu paz abrumadora.

Jesús está dispuesto a sanarte. Y no tan solo está dispuesto, Él quiere sanarte. El no quiere que vivamos en enfermedad. Desgraciadamente, vivimos en un mundo manchado por el pecado, y una de las consecuencias es la enfermedad que ataca a todos, a veces sin avisar. ¿Y por esto debemos aceptar la enfermedad? La mayoría de las veces la enfermedad no es voluntad de Dios.

Aceptemos que a veces no cuidamos nuestros cuerpos, ni lo que comemos, ni las actividades que realizamos. Pero, aunque estemos enfermos por no cuidarnos, o por otra razón, Dios nos entiende y quiere sanarnos. La verdad es que la sanidad no vendrá de manera instantánea, cada vez que lo pidamos en oración, pero de seguro llegara, y si no llega entonces entendemos que puede existir una y mil maneras de gozarnos y glorificar a Dios aun en medio de enfermedad.

"Todo el mundo trató de tocarle, porque el poder curativo salió de él, y él sanó a todos." (Lucas 06:19)

Dios te ama. La enfermedad no es su voluntad para ti. Hay una historia en Marcos 1: 40-42 de un hombre muy enfermo que vino a Jesús. Él dijo: "Señor, si quieres, puedes sanarme". El hombre no dudaba de la capacidad de Cristo para arreglar su cuerpo;

Él, sin embargo, dudó de su voluntad. Jesús lo tranquiliza. Lo sano y luego dijo: "Estoy dispuesto". Jesús quiere que sepamos que Él tiene la capacidad y el deseo de sanar. Aquí hay una secuencia de promesas y oraciones de fe de las Escrituras que te guiarán en tu viaje a la sanación.

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