Dios te dice:
Soy tu futuro, soy tu esperanza: Tu razón de vivir cada mañana.
Bajo mis alas te cubro por las noches. Soy tu camino y luz: escudo y espada.
Tu voz es a mis oídos dulce, cuando abres tus labios y me llamas Padre; cuando reconoces que te amo y eres mío.
Mi Amor por ti no será apagado por las aguas. Mi Amor por ti no lo ahogarán los ríos.
Eres mi hijo para siempre, para siempre eres MÍO...
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Recibe el amor de Dios en este día y no le pongas obstáculos, ni peros, ni te excuses detrás de tus errores.
Dios te ama, recibe su amor, Acéptalo, vive tu vida y deja a los demás que vivan la suya, pero claro, tienes el derecho de corregir a los que amas, así como Dios te ha corregido a ti.
¿Ahora lo entiendes?
Muchas cosas que has vivido y que te han dolido, posiblemente vinieron también de la mano poderosa de Dios para corregirte y regresarte al buen camino, o para enseñarte una lección eterna.
Así es, y así será. El amor de Dios recibirás, tendrás paz, serás estable y feliz.
A pesar de las tormentas, a pesar de las guerras que se libran en tu interior,
Dios te ama. Te lo ruego, y te lo repito, y lo enfatizo: RECIBE EL AMOR DE DIOS… Dime que lo harás.
Escrito por Hermes Alberto Carvajal