Cuando me casé, me sorprendió la sensación de responsabilidad instantánea y abrumadora que sentí de amar y cuidar a mi esposo. De repente una gran parte del bienestar y la felicidad de alguien más tendrían mucho que ver con mis decisiones y actos.
Las mujeres necesitamos ser cuidadosas con la forma como cuidamos a nuestros esposos y matrimonios. No permitir que los pequeños detalles arruinen las cosas que te traerán la más grande felicidad en la vida.
Están son solo algunas maneras con las que podrías estar destruyendo a tu esposo y terminando con tu matrimonio (como advertencia, por favor entiende que aunque este artículo está dirigido a las mujeres, aplica a los hombres también):
1. Gastar más de lo que se tiene
Una sabia mujer de mi iglesia, me aconsejó una vez: “Lo mejor que puedes hacer como esposa es vivir dentro de las posibilidades de tu esposo.”
Las esposas demuestran aprecio y respeto verdadero por su esposo al seguir de forma cuidadosa un presupuesto y sacarle provecho a lo que tienen. Se inteligente con tus finanzas.
Quejarse constantemente de no tener suficiente para completar tus deseos fastuosos, o tener deudas en la tarjeta de crédito con cantidades astronómicas es una manera deficiente de decir “gracias” a un esposo fiel que trabaja duro para proveer a su familia.
Sí, puede que no tengas lo suficiente para comprar la bolsa de Kate Spade que has deseado durante meses, pero tu esposo le encantará y apreciará el hecho que lo honres y seas agradecida de lo que el provee.
2. Negatividad constante
Odias tu cabello, el desorden en casa, los vecinos de enfrente, tu torpe compañero de trabajo, la vieja lavadora, y todo lo que se te cruce por el medio. Tan pronto como tu esposo entra por la puerta, Te pones en acción y vuelcas cada pensamiento negativo y molesto que se te cruza por la mente durante el día
¿Puedes imaginarte tener esa carga? La negatividad agota. A los hombres les gusta arreglar cosas; ser acosado de forma constante con quejas, le dificulta resolver tus problemas.
Si hay una cosa que he aprendido del matrimonio es que un buen hombre quiere que seas feliz, y si no puede ayudarte a serlo, él se sentirá infeliz. Está bien tener un mal día de vez en cuando, es comprensible, pero no lo conviertas en una forma de vida.
3. Tener otras prioridades
Cuando tus hijos, tu mamá, tus mejores amigos, tus talentos o carrera están por delante de tu esposo, le envías una mensaje claro de que él no es importante. Imaginalo al recibir ese mensaje tuyo cada día durante muchos años. ¿Qué le pasaría a su autoestima?
Dale a tu esposo el primer lugar.
Aunque parezca contradictorio, creo que te sorprenderías de descubrir que con frecuencia esa es la llave de una grandiosa felicidad en el matrimonio. Es por lo que muchas parejas se están divorciando en la actualidad, porque descuidan el cuidarse y amarse uno al otro y como individuos se colocan a ellos mismos en primer lugar.
Si decides darle prioridad a tu pareja, encontrarás mucha felicidad.
4. Negar afecto físico
Los hombres imploran y necesitan afecto físico con sus esposas. El que rechaces la intimidad de una manera constante los desgasta.
El sexo no debería ser usado como una forma de control sobre tu pareja; debe verse como una herramienta sagrada para acercarlos el uno al otro y a Dios.
El ser amada y necesitada por un esposo amoroso y romántico que quiere compartir algo tan importante y bello contigo — y solo contigo, es una bendición muy grande. Aunque pudiera ser que no siempre tengas deseos, vale la pena ceder (cuando puedas) y disfrutar momentos de unión.
5. No hablar su idioma
A las mujeres nos encanta hacer insinuaciones (creo que es parte de nuestro ADN). No pierdas el tiempo dejando pistas que no entenderá: Háblale claro. Se honesta acerca de tus sentimientos, y no te contengas hasta explotar. Si él te pregunta que sucede, no respondas: “Nada”, y luego esperes que él lea tu mente y tus emociones. Sé abierta sobre lo que sientes en verdad.