El mundo actual está cada vez más orientado a los servicios. Vemos cómo servicios como Uber y Lyft arrasan en el mundo, y no es solo por su comodidad. La gente está cada vez más orientada al servicio, quizá porque se está dando cuenta de la importancia de devolver a los demás.
Tiene sentido, hacer algo bueno por otra persona se siente bien a cambio. ¿Y qué tiene que ver esto con ser creyente? Todo. Los creyentes son seguidores de Jesucristo, y como tales debemos encontrar nuestro lugar en el Reino de Dios.
¿Qué significa eso exactamente? Significa que debemos seguir buscando la manera de hacer su voluntad en la tierra como en el cielo. En otras palabras, debemos buscar la manera de servirle con todo lo que tenemos. Veamos por qué esto es tan importante.
Por qué es importante servir a los demás
Si no tenemos cuidado, podemos quedar tan atrapados en nuestras propias vidas que olvidamos fácilmente por qué estamos aquí. Podemos ir tan lejos en el camino de la autorrealización que olvidamos lo que es más importante.
El Padre nos da el mayor ejemplo de servicio al dar su vida por nosotros, como dice Jesús, "el Hijo del Hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida por la liberación de todos". Podemos ver cómo Jesús dio su vida por nosotros y cómo dio su vida para que pudiéramos ser libres.
Cuando servimos a otras personas, se nos recuerda nuestro lugar en el mundo. Nos recuerda cómo podemos utilizar mejor nuestros dones, habilidades y capacidades para ayudar a los demás. Esto puede ser una fuente inestimable de perspectiva y orientación en nuestras vidas.
Quizá hayas oído el dicho: "Si quieres cambiar el mundo, empieza por hacer tu cama". En otras palabras, si quieres marcar la diferencia en el mundo tienes que empezar por las personas que te rodean. Y cuando sirves a los demás, no solo les ayudas a ellos, sino que también te ayudas a ti mismo.
Servir a los demás puede ayudarnos a sentirnos más realizados y satisfechos con nuestras vidas. Puede ayudarnos a tener mejores relaciones e incluso darnos un mayor sentido de propósito.
Encontrar tu lugar en el Reino de Dios es algo más que ayudar a los demás.
Cuando hablamos de encontrar nuestro lugar en el Reino de Dios, a menudo nos centramos en ayudar a otras personas. Aunque esto es una parte esencial del proceso, no es todo lo que hay que hacer. De hecho, cuando miramos a Jesucristo como ejemplo, vemos que pasó mucho tiempo en oración y autorreflexión. Era plenamente consciente de que ayudar a los demás era una parte esencial de su misión, pero también dedicó tiempo a la oración y a la autorreflexión para prepararse para la tarea.
Así, encontrar tu lugar en el Reino de Dios es algo más que ayudar a los demás. Significa también encontrar la manera de acercarte a Dios y comprender tu papel en su plan. Parte de este proceso implica conocerse mejor a uno mismo y descubrir qué es lo que le apasiona. Al hacerlo, podrás identificar cómo puedes servir mejor a Dios y a su reino.
Descubre tu pasión en el servicio
Encontrar tu pasión en el servicio puede ser un proceso difícil, pero vale la pena el esfuerzo. Puede ayudarte a entender mejor tu papel en el Reino de Dios y a orientar tu futuro.
Hay varias maneras de hacerlo. Puedes empezar pensando en las personas que te rodean y en lo que puedes hacer para ayudarlas. ¿Hay algún problema que puedas resolver? ¿Hay algún ámbito en el que tengas conocimientos o experiencia especiales?
Además, puedes pensar en tus actividades favoritas de la infancia. ¿Qué actividades te gustaban más? ¿Tenías alguna pasión o afición especial? ¿Dónde te sentías más a gusto? Una vez que hayas empezado a hacerte una idea de cuáles son tus pasiones, puedes profundizar un poco más. Puedes intentar comprender por qué disfrutas de ciertas actividades. ¿Qué significan para ti?
Lo importante es que, sea lo que sea que vayas a hacer, debes hacerlo para agradarle a Dios.
Encontrar tu misión en el servicio
Aunque encontrar tu misión en el servicio es un proceso largo y difícil, también es un proceso que merece la pena.
¿Qué es una misión? Una misión es una visión o un propósito que te guía en la vida. Es algo a lo que te sientes llamado, una forma en la que puedes utilizar mejor tus dones y habilidades para ayudar a los demás.
Descubrir tu misión en la vida no es algo que ocurra de la noche a la mañana. Es un viaje que requiere autorreflexión, una evaluación honesta, oración y la voluntad de cambiar de rumbo cuando sea necesario, pues ya sabes que quien guía tus pasos, no se equivoca. Así es que, déjate llevar.
Ayudar a otros a encontrar su lugar en el Reino de Dios
Al servir a los demás, no solo les ayudas a ellos, sino que también te ayudas a ti mismo. Servir a los demás puede ayudarnos a sentirnos más realizados y satisfechos con nuestras vidas. Puede ayudarnos a tener mejores relaciones e incluso darnos un mayor sentido de propósito.
Asimismo, podemos ayudar a los demás aprovechando al máximo nuestros dones y capacidades. Podemos, durante el proceso, ayudar a los demás a encontrar su propósito, ya que también somos instrumentos. Por otro lado, servir nos ayuda a reflejar a Cristo en nuestra vida. Todos debemos imitar a nuestro salvador, Jesucristo.
No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera entre vosotros llegar a ser grande, será vuestro servidor, 27 y el que quiera entre vosotros ser el primero, será vuestro siervo; 28 así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos. (Mateo 20: 26-28).
El punto de Mateo en este texto es que para ser grande uno debe primero convertirse en servidor de los demás. Jesús fue el primero en servir, y murió por nosotros. Esto es lo que enfatiza y subraya aquí.