Una guerrera incansable
Loker creció en Waterloo, Ontario, Canadá, en una casa en donde abundaba
el amor y la aceptación.
Su padre murió poco antes de que ella cumpliera un año. Su madre, una
mujer fuerte y amorosa, asumió el reto de criar a Loker y a sus hermanas. Eso
incluía programar múltiples cirugías en hospitales lejos de casa.
La recuperación tras cada una de esas cirugías fue larga y dolorosa,
recuerda su hermana mayor Crystal Loker: “Pero de todas maneras, Penny tenía
una actitud positiva. Fue toda una guerrera que mantuvo su sonrisa y nunca se
quejó”.
En casa, la apariencia de Loker no era un problema y era tratada de
igual forma que sus hermanas. Sabía que se veía un poco diferente, y sabía que
le implicaba estar mucho en hospitales, pero tenía inocencia infantil y
aceptaba todo como si fuera normal.