Por fuera parece un vagón común y corriente, pero por dentro...
No es solo un tren abandonado o puesto a disposición de alguna ofrenda social. No es un monumento, aunque para los fanáticos de las sorpresas y estructuras extrañas, puede que lo sea. Pero No. Se trata nada más y nada menos que de un hotel específicamente diseñado a partir de trenes y vagones existentes, para atraer más clientela. La ciudad Inglesa de Essex, desde el año 1939, era cuna de grandes caminos de trenes. Las empresas ferroviarias tenían gran auge de personas que se trasladaban por el interior del país. Entonces, el ferrocarril del norte fue el protagonista de una idea muy creativa para lograr el gran cometido de abrir más sus puertas al público.
Este hotel tiene un típico diseño, e incluye 29 habitaciones bien diseñadas, 10 baños de primera, un salón de recepción y hasta contiene cocina, comedor y horno tipo estufa.
Este sueño fue destruido casi totalmente al entrar la Segunda Guerra mundial y ver de lleno la participación de los Estados Unidos en ella. Lo que se quería llamar a modo de parque nacional, acabó casi al instante. En la actualidad y al pasar años de recuperación, el Hotel ferrocarril siguió su curso y sus dirigentes lograron invertir más de 40 mil dólares en su restauración solo para comenzar las obras. El costo de las mismas y sus visitas, han incrementado considerablemente sus gastos.
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