2024-11-23

"ACIERA como tal no tiene una posición política o favorece una política de partido en particular", dijo.


ARGENTINA - Los evangélicos están aumentando políticamente en Argentina y Brasil. Los pentecostales obtuvieron gran visibilidad durante el debate sobre la legalización del aborto, particularmente debido a la alta concentración en la avenida 9 de Julio. Al punto que poco después, el Gobierno nacional y bonaerense los llamaron, como hicieron con la Iglesia Católica, a entregar ayuda alimentaria al Gran Buenos Aires. 

Por su parte, en Brasil las dos iglesias evangélicas más grandes (la Asamblea de Dios y la Iglesia Universal) brindaron un apoyo vital a Jair Bolsonaro, quien estaba a punto de convertirse en presidente en la primera ronda.

En Argentina, el mayor protagonismo evangélico de la vida pública ha provocado especulaciones sobre la posibilidad de incursión en la política partidista, ya sea a través de un partido político (en Brasil hay un comité compuesto por 87 diputados, además de tres senadores), ya sea apoyando a un candidato. Su participación, directa o indirecta, no carecería de importancia porque, aunque no alcanzan el 40%, como en Brasil, representan más del 10% de la población (4,5 millones) y, cuando votan, por lo general, son disciplinados y lo hacen por un candidato anti-aborto.

Consciente de esta especulación, que está comenzando a atraer la atención de las fuerzas políticas, dispuesta a agregar algo de voluntad antes de las elecciones del próximo año, la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas (ACIERA), la principal organización evangélica del país (en la que se congrega cerca del 80% de los fieles) acaban de aclarar su posición. En una declaración, dice que no favorecerá la creación de "partidos políticos o líneas políticas evangélicas". No hace falta decir que tampoco apoyará una solicitud. Es cierto: ACIERA ya había anunciado que pediría no votar por los defensores de la legalización del aborto.

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"ACIERA como tal no tiene una posición política o favorece una política de partido en particular", dijo. Por supuesto, enfatiza que, al igual que la Iglesia Católica, "celebra y promueve la inclusión personal de los creyentes que forman parte de las iglesias (que lo conforman) en el campo de la política", así como "de cualquier otra actividad legítima y honrada. "Contribuir al bien del país. En este sentido, especifica que "este compromiso es llevado por cada uno de acuerdo con su conciencia".

La organización también elimina cualquier sentido de trabajo social partidista de sus iglesias, hecho individualmente o en colaboración con el gobierno en sus diferentes niveles. "Alentamos a nuestras comunidades a participar juntamente con el gobierno nacional y los gobiernos provinciales y municipales (...) en todos los asuntos relacionados con la asistencia a las personas con necesidades económicas, físicas y emocionales".

Sin embargo, cree que "es bueno especificar que la tarea social que siempre se ha llevado a cabo en nuestras iglesias no tiene nada que ver con la acción política partidista". Y esto se hace voluntariamente. Esta tarea es relevante debido a su gran integración en los barrios de la clase trabajadora, especialmente en la década de 1970, cuando los evangélicos comenzaron a multiplicarse fuertemente, además de su trabajo en la recuperación de drogadictos y en las cárceles.