2016-11-08

Desde que somos pequeños, hasta la adolescencia y parte de la adultez, miles de personas en el planeta nos desvivimos por comprar este producto a como dé lugar, sucumbiendo a su sabor increíble, atrapante y exquisito. Este producto se conserva en una lata y se trata nada más y nada menos que las simples papas fritas. Pero ese gran número de personas que las consumen con mucha frecuencia (incluyendo las que no lo hacen seguido), desconocen las desventajas que tiene para la salud, el comer papitas fritas en lata.


Pringles es la compañía que patrocina este tipo de papas, y se han convertido en una presentación mundial. 

Las Pringles llegan a todos los rincones del planeta, por su sabor inigualable y las campañas han logrado calar en la mente y deseos de muchos. Pero lo cierto es que estas papas, son altamente dañinas, porque pueden producir cáncer.

Este producto es preparado con maíz, arroz y trigo, principalmente. Estos ingredientes (o base de ellos) los mezclan y fabrican una masa con ellos. 

Esta masa se convierte en unas muy finas plantillas, las trasladan por una máquina móvil donde  luego, son sumergidas en aceite. Al final del proceso de escurrimiento, echan sobre esas láminas de “papas” unos saborizantes y luego, las envasan en latas con sus diferentes tamaños y presentaciones.

Esta masa que se genera de la mezcla, al ser sumergida en aceite hirviendo expide más de ochocientas sustancias altamente tóxicas. 

Esto fue sacado a la luz por un informe de salubridad en la Unión Europea.  Y muchas de esas sustancias son cancerígenas. El informe revela que la Acrilamida, es una de las sustancias con más daño que se pueden encontrar en los Chips de Pringles. 

La misma afecta las neuronas y se manifiesta activándose justo después de someter las masas laminadas en la temperatura alta. Daña irreversiblemente al hombre y su capacidad de procrear, puede conllevar a generar malformaciones en fetos y algunos infantes pueden nacer con tumores malignos.

Pero no solo las papas pueden generar Acrilamida al someterse al calor. Existen otros alimentos o productos que sufren la misma transformación. 

Por eso en la actualidad, centros de salud en países desarrollados están dando pelea para exigir a los fabricantes de estos productos como presentaciones de la llamada: “comida chatarra”, para que en sus productos se advierta del consumo de la sustancia.