2- Dios quiere que sepas que él oye a sus hijos
La Biblia establece que toda persona es creación de Dios (Colosenses 1:16), pero que sólo aquellos que han nacido de nuevo son hijos de Dios (Juan 1:12; Juan 11:52; Romanos 8:16; 1 Juan 3:1-10).
Equivocadamente, la mayoría de las personas creen que todos somos hijos de Dios. No todos somos hijos de Dios, somos sus criaturas; pero nos convertimos en sus hijos cuando hacemos Su voluntad. Jesús lo dejó muy claro cuando dijo:
"Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre" (Mateo 12:50).
Gálatas 4:1-7, dice " Lo que quiero decir es esto: Mientras el hijo es menor de edad, es igual a cualquier esclavo de la familia y depende de las personas que lo cuidan y le enseñan, hasta el día en que su padre le entrega sus propiedades y lo hace dueño de todo. 3 Algo así pasaba con nosotros cuando todavía no conocíamos a Cristo: los espíritus que controlan el universo nos trataban como si fuéramos sus esclavos. 4 Pero, cuando llegó el día señalado por Dios, él envió a su Hijo, que nació de una mujer y se sometió a la ley de los judíos. 5 Dios lo envió para liberar a todos los que teníamos que obedecer la ley, y luego nos adoptó como hijos suyos. 6 Ahora, como ustedes son sus hijos, Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a vivir en ustedes. Por eso, cuando oramos a Dios, el Espíritu nos permite llamarlo: «Papá, querido Papá». 7 Ustedes ya no son como los esclavos de cualquier familia, sino que son hijos de Dios. Y como son sus hijos, gracias a él tienen derecho a recibir su herencia.".
Por tanto, si ya eres un hijo de Dios, Él te escuchará, puedes tener esa confianza.