2021-01-29

“Esto es mi sangre del pacto, que es derramada por muchos para el perdón de pecados” Mateo 26:28.

Nuestro buen Dios no nos obliga  a confesar o reconocer nuestros pecados y tampoco nos va a forzar a creer en Jesucristo, su Hijo, y la vida que vino a darnos.

El pacto del Antiguo Testamento requería varios sacrificios. Por el contrario, el nuevo pacto, bajo el que vivimos ahora, está cubierto por la sangre del "cordero sin mancha", nuestro amado Jesucristo. El Mesías tan esperado, que se esperaba que fuera un líder militar que venía a conquistar a los enemigos del pueblo judío, pueblo elegido de Dios, en cambio vino a salvar nuestras almas y murió de manera cruel y brutal en la cruz para salvar al mundo entero. “El Dios que encontramos en las Escrituras no atesora su perdón como un avaro con su dinero”. 

No podemos comprar el perdón de Dios con nuestras acciones, este es un regalo de Dios por medio de Su hijo, para los que crean en Él no se pierdan mas tengan vida eterna.
No tenemos que hacer sacrificios como lo hacía la gente de la época del Antiguo Testamento, sin embargo debemos creer, aceptar y confesar y arrepentirnos de nuestra pecaminosidad a diario.

El perdón de Dios no se puede perder

Lucas 7:48
“ Entonces le dijo Jesús a ella: —Tus pecados quedan perdonados” Lucas 7:48.
Una vez que Jesús nos perdona somos perdonados por la eternidad, Él es el principio y el fin, conoce lo que hicimos, lo que hacemos  y lo que haremos, nada se puede escapar de los ojos de Dios y aun conociendo más que nosotros mismos nuestro corazón Él nos recibe, y nos acepta en el amado. 

Debemos  vivir arrepentirnos e ir en busca de la renovación de nuestros corazones cada día, pero el arrepentimiento no es una acción que damos hacer de forma automática, esta debe ser consciente y se puede manifestar por medio de la oración, rogando al Padre que nos limpie de toda iniquidad, pero también alegrándonos en el Señor y viviendo el arrepentimiento en la sumisión de la carne y el gozo del Espíritu.

Debemos tener cuidado de no ahogarnos en nuestra pena viviendo en un duelo sin fin hasta la venida de Cristo. Sonríe y sé feliz porque verdaderamente has sido bendecido, no seas esclavo de la culpa del pecado.

¿Por qué debemos confesar nuestros pecados?

"Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad" 1 Juan 1: 9.
Cuando pecamos nos alejamos de Dios y la conexión que hemos ido construyendo con Él, comienza a fallar, así como cuando tenemos una mala señal de Wifi. Por el contrario, cuando confesamos nuestros pecados, Dios misericordioso es fiel a su promesa de perdonarnos, ser bondadoso y restaurar la conexión que tenemos con Él.

Nuestro buen Dios y Padre, puede diagnosticar correctamente la fuente o el vínculo que se rompe para restaurar ese vínculo de la manera adecuada.  “El autoexamen solo es seguro cuando las manos de Dios tienen las riendas”. (Profesor Joe Rigney) Dios restaura la conexión y elimina toda dificultad que haya para conectar y vincularnos con Él. 

Todos, desde el más pequeño hasta el más grande, me conocerán —afirma el Señor—. Yo les perdonaré su iniquidad, y nunca más me acordaré de sus pecados» (Jeremías 31:34) .

 
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