
Cuando eres perseguido, cuando los deudores te acosan, cuando la gente habla mal de ti, cuando los que te odian buscan tu mal: tampoco hay que temer. Dios siempre está al pendiente de ti, y jamás permitirá que pases por algo que pudiera acabar con tu alma; pero lo que debes de hacer es creerle a Él, y no dejarte envolver en las estrategias de desánimo de los enemigos.
Esa es precisamente la manera como pudieras perder la batalla. En el momento que des
cabida en tu corazón al pensamiento de que: “has sido abandonado o desechado
por Dios, es cuando el enemigo pudiera clavar su bandera de la derrota en tu
corazón”. ¡No lo permitas! Créele a Dios. Él, quien no escatimó, no dudó en
enviar a su hijo a vivir y enfrentar a la muerte para que tú tuvieras vida. Si
él lo hizo por ti, ¿cómo no te dará también otras cosas que son para tu bien
eterno?
Que bello sería que tú - que lees estas palabras- puedas
unirte de corazón y pensamiento a todos aquellos que enfrentaran esta semana,
con su mirada fija en las palabras de Jesús, que dicen: " Yo estoy contigo
todos los días"...Y también, en la Palabras de Dios que dice: "No te
dejaré, ni te desampararé, estaré contigo como he estado con líderes que han
enfrentado las más crueles batallas (Moisés)..." ¿Te fijas que tan
importante es para Dios, que tú te enteres que ¡SÍ, ERES IMPORTANTE PARA ÉL!? Y
que... ¿El, sí, está contigo?
No lo dudes, Jesús verdaderamente te ayudará. Él te ama. Más
que al universo entero, te ama.
Recuérdalo, todos los días, una palabra de fortaleza para ti