¿Puedes pasar un examen de ciudadanía de EE.UU.?

2020-12-07

La mejor forma de ver si estamos bien y comprender la realidad de las cosas es a través de las emociones, ser una persona emocional no tiene nada de malo. 

De hecho, hay quienes son menos sensibles y les cuesta comprender sus sentimientos, y, cuando están pasando por una situación difícil, ellos se  llenan de sentimientos y al momento de analizar, se derrumban o pueden lastimar a los demás por no comprender cómo deben actuar ante lo que pasa.

Cuidado con tus emociones

Un punto a favor de las personas sensibles  y de corazones frágiles es que reconocen con facilidad lo que está mal o lo que podría ser el inicio de una tormenta de angustias. Las emociones pueden resultar peligrosas. De hecho, son un arma de doble filo que puede dañar a la persona que la siente o los que la rodean.

La inteligencia emocional es la base perfecta para tu desarrollo personal. Ser inteligente emocionalmente es comprender lo que pasa y reaccionar de forma razonable ante ello. 

Para aprender y practicar el manejo de nuestras emociones y no descontrolarse ante lo que está pasando, primero debemos sentir nuestras emociones. Si te sientes triste, enojado, avergonzado, ansioso… y luego de percibir  la emoción y los sentimientos que te provoca interpretar los hechos con un razonamiento lógico, de esta forma poco a poco irás descubriendo la raíz de los problemas.


No permita que los imprevistos te saquen el monstruo

Ante sucesos que ocurren en cuestión de segundos controlarnos puede ser más difícil, unos pocos segundos no son suficiente para analizar de forma correcta eso que nos impactó.

Es por esto que no podemos depender de nuestro propio control, hacemos nuestro mayor esfuerzo, pero solo el Espíritu Santo y la Palabra de Dios nos harán entrar en razón y no me refiero a razones con lógicas humanas, me refiero a la inteligencia con la que actuaba Jesucristo, la sabiduría de Dios.

”Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor. Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo”, Efesios 6:10-11.


Pasos para fortalecerme en Dios y crecer emocionalmente 



Imitar a Jesús.

Cuando leemos los Evangelios podemos apreciar la gran inteligencia emocional que tenía nuestro Señor Jesús. Las parábolas que les contaba en aquel tiempo a sus discípulos todavía hoy en día nos asombran una y otra vez. Jesús mostraba un discernimiento único, ese discernimiento provenía de la sabiduría de Dios. 

Jesús no explicaba a través de filosofía complicada ni ejemplos difíciles, explicaba a través de escenarios, situaciones cotidianas y difíciles de la vida. Y luego de que sus oyentes identificarán el problema y lo que se sentiría estar en esa mala posición, terminaba de explicarles asociando el problema con otros hechos y respondiendo a inquietudes complejas. 

No podemos pensar igual que Cristo, pero Dios sí nos da Su sabiduría divina.

”Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía”, Santiago 3:17.


Crecer en la Palabra de Dios.

Cuando leemos la Biblia estamos aprendiendo de la sabiduría de Dios y de cómo debemos comportarnos en cada situación de nuestras vidas. Podemos encontrar en ella miles de ejemplos y formas en las que Dios obra y nos manda a obrar. Sin embargo, la Biblia no es un simple manual de instrucciones para sobrevivir en la tierra, la Biblia es la Palabra de Dios.

“Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón”, Hebreos 4:12.


Orar.

Cuando oramos entramos en comunión con el Padre, debemos permanecer siempre cerca del Padre, que tus ojos no centren la vista en las cosas del mundo, porque en el mundo encontrarán sufrimiento. Tú propósito en la vida debe estar centrado en Dios, no en los afanes y vanos pensamientos.

“¿Qué provecho saca el hombre de tanto afanarse en esta vida?”, Eclesiastés 1:3.

Todo bajo el sol es vanidad, pero en Cristo encontramos completa satisfacción.


Amar es la emoción más bonita.

Procura siempre sentir amor, porque Dios es amor. Tienes el privilegio de conocer de cerca ese amor sobrenatural mientras caminas siguiendo los pasos de Cristo.

Qué el amor de Dios more entre nosotros, Dios nos ama y nosotros a Él. Es una relación de padre a hijos, somos hijos porque Jesucristo nos convierte en santos por medio de Su sacrificio.

Repite cada mañana este hermoso versículo:

“Por la mañana hazme saber de tu gran amor, porque en ti he puesto mi confianza. Señálame el camino que debo seguir, porque a ti elevo mi alma”, Salmo 143:8.


Estar en paz.


Ser pacientes es una virtud poderosa, la paciencia es algo que se cultiva y por la que se recibe los mejores frutos.

“No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos”, Gálatas 6:9.

Debemos tener un corazón paciente que espere con calma la voz de Dios. En ocasiones podemos desesperarnos y perder el control porque esperamos que Dios conteste nuestra oración. 

Sin embargo, esperamos mal, esperamos apartados de Sus mandamientos y no nos preparamos para escuchar Su respuesta. La desesperación es uno de los principales motivos por el cual cometemos tantos errores.

 
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