Diana Mendiola, "Testimonio de una ex prostituta"

2020-10-23

<<Cuídame como a la niña de tus ojos; escóndeme, bajo la sombra de tus alas,>> Salmos 17: 8

La niña de sus ojos se refiere a la parte más tierna y sensible de un ojo: “La pupila”. Así le decimos en español.  Así le llamamos en muchos países de habla hispana: “La niña” a la pupila.  Mira que tanto amor nos tiene Dios y que sensibilidad para explicarlo con palabras divinas y hermosas.

Todos hemos visto como un padre cuida a su princesa: la mima, hace lo imposible para hacerla feliz, la protege, nunca ve lo mal que se comporta, para él siempre será un angelito.
Así es como Dios mira a su hijo Jesucristo y gracias a Su sacrificio en la cruz ahora Dios nos ama como a la niña de sus ojos. Dios no se fija en nuestros pecados, en nuestros pensamientos que van continuos al mal. Él solo ve la misma esencia de Cristo en nosotros. 

Recuerdas cuando Isaac bendijo a Jacob pensando que era Esaú… Jacob se vistió con la ropa de Esaú, e Isaac  sintió el olor de su hijo. Jacob cubrió sus manos y cuello con piel de cabrito, entonces, Isaac pensó que eran los brazos peludos de Esaú. 

Así como Isaac siendo ciego pensó que se trataba de su hijo Esaú, Dios nos ve a nosotros como ve a Cristo. A diferencia de Jacob, nosotros no podemos engañar a Dios, pero Él en su infinita misericordia y amor por nosotros  decidió vernos como Su hijo. Santos. Limpios de pecado. Perfectos. 

Somos santos delante de los ojos de Dios porque Él nos perfumó con la fragancia de Cristo, nos viste con Su santidad, nos enseña el camino correcto y nos explica con amor como parecernos más a Cristo. ¡Cuán grande es el amor de Dios por nosotros!

También, podemos ver en los versículos anteriores a Salmos 17:8 lo bien que se porta la niña de sus ojos:  

-Obedece a su Padre:

¡No pasarán por mis labios palabras como las de otra gente, pues yo cumplo con tu palabra! Salmos 17:4
Aborrecer los malos consejos y seguir el consejo de nuestro Señor. El que decide ir tras las locuras de este mundo se maldice a sí mismo, se vuelve rebelde e ignora los buenos consejos que le son de bendición. Pero aquel que obedece y sigue los mandatos de su Padre encuentra gozo y es galardonado junto a Cristo Jesús. 

-Se aparta del mal camino

Del camino de la violencia  he apartado mis pasos; mis pies están firmes en tus sendas. Salmos 17:5
Aparta, no sólo sus pies de la iniquidad, aparta su mente, su corazón, sus ojos… No se presta a las cosas de mal y se cuida de hacerlo, solo busca las cosas de Dios y sigue los pasos de Su Palabra y de la cruz.

-Permanece en comunión con Dios

A ti clamo, oh Dios, porque tú me respondes; inclina a mí tu oído, y escucha mi oración. Salmos 17:6
Ora a Dios, permanece en la presencia de su Señor en todo tiempo, le habla de sus inquietudes, deja que su vida sea guiada por el Gran Yo Soy. Él nos escucha y responde a nuestro llamado. 

-Reconoce el poder y gran amor

Tú, que salvas con tu diestra a los que buscan escapar de sus adversarios, dame una muestra de tu gran amor. Salmos 17:7
Sabes que eres lo más hermoso de papá y siempre puedes contar con él. Dios cuida a Sus hijos y los aparta del mal, los ama y les muestra Su infinito amor. 
Por eso Dios nos mira como la niña de sus ojos.

 
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