Este sencillo elemento podría curar el insomnio y la depresión

2020-12-09

Ir a los pies del Todopoderoso en adoración y súplica es un momento maravilloso donde tu alma se desborda de felicidad al estar bajo Su presencia. En ese momento especial mantienes una comunicación con el Padre. Gracias a la salvación en Cristo tenemos acceso directo para hablar con nuestro Señor.

Ante la prueba no podemos perder la fe, al contrario, debemos prestar atención a lo que Dios nos quiere decir, para que por medio de este podamos ver Su luz admirable y entender Sus planes para nosotros.

Bendecido es aquel que recibe la corrección de Dios, porque Él disciplina a los que aman. Así que no desvíes tus ojos de Dios, observa y analiza, para que aprendas y seas edificado.

“Hacia ti extiendo las manos; me haces falta, como el agua a la tierra seca. Respóndeme pronto, Señor, que el aliento se me escapa. No escondas de mí tu rostro, o seré como los que bajan a la fosa”, Salmo 143:6-7”.

Ora y clama a Dios, lo necesitas. Necesitas Su amor. Si el Señor quita Sus ojos de nosotros, estaríamos muertos, andaríamos peligrando mientras caminamos por nuestra propia cuenta. 


Fuerza ante la prueba

Ante la dificultad y la angustia de no comprender qué pasa o cómo podemos salir del problema en el que estamos metidos, acércate al Padre.  Eres un hijo de Dios, Él te ama y desea ayudarte y llenar tu vida de bendiciones, pero no puede actuar si tú destruyes tus propias bendiciones.

Frecuentemente aclamamos a Dios pidiendo respuestas, pidiendo ayuda para solucionar los problemas. Dios responde en Su tiempo, pero no puede contestar nuestra petición, si nosotros nos aferramos a nuestros deseos y lo que creemos necesitar.

Es decir, tú limitas el poder del Padre para darte una bendición, exigiendo cosas que no son lo mejor para ti y no te corresponden… ¿Crees que Dios puede bendecirte, si tú continuamente arruinas el plan perfecto de Dios para ti?


3 Cosas que debes conocer y aplicar en tu vida para no arruinar los planes de Dios.

 

El Señor tiene el control:

“¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios! Salmo 42:11”.


Él es nuestro salvador, creó los cielos y la tierra, no tenemos porque preocuparnos de nada si estamos en las manos de Dios; más bien, debemos estar confiados y tranquilos, contándole nuestras preocupaciones y deseos en oración y  ruego, pero no debemos actuar si el Señor no lo ha provisto.


Ten fe y gozo: 

Tener fe y gozo ante la prueba es esperar con alegría a que Dios obre, esperando que sea Su voluntad agradable y perfecta. 

Presenta tu oración y tus anhelos, pero espera la bendición de Dios con paciencia. Sé constante en sus caminos, no te apartes de Él porque vivir es Cristo.  

“Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia, Santiago 1:2-3”.


Ten paciencia:

La paciencia es confiar plenamente en Dios. La paz es uno de los frutos del Espíritu Santo, alimenta tu espíritu con la adoración a Dios y lectura de la Palabra.

“Dichoso el que resiste la tentación porque, al salir aprobado, recibirá la corona de la vida que Dios ha prometido a quienes lo aman Santiago 1:12”.

 
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