Salmo 91 oración guiada, El que habita al abrigo del altísimo.

2020-11-08
Perseguidos, más no desamparados; derribados, pero no destruidos

"...Que estamos atribulados en todo, más no angustiados; en apuros, más no desesperados; perseguidos, más no desamparados; derribados, pero no destruidos..."

A nadie le gusta estar afligido. 2 Corintios 4:8-9

Una aflicción trae un sentimiento persistente de angustia y desesperación. No deseamos que ninguna preocupación pequeña y temporal crezca y se convierta en una situación permanente, persistente, que asesine nuestro deseo de vivir.

Una aflicción puede destruirnos si lo permitimos. Lo que nos ampara y protege contra la corrosiva fuerza de cualquier aflicción, es la presencia de Dios en nuestras vidas. Su presencia determina si la aflicción desaparece, o nos destruye. El poder de Dios en nuestras almas nos dice si la situación no pasará de ser solo una preocupación. Sin la presencia de Dios en nuestros corazones cualquier aflicción nos puede llevar a la locura y hasta la muerte.

Con Dios en nuestras vidas, tal vez seremos perseguidos, pero jamás nos sentiremos abandonados, seremos golpeados por circunstancias que parecen imposibles, pero por aferrarnos a su amor y perdón, jamás seremos derribados.

Sé con certeza que estas palabras son ciertas, y te diré por qué. Cuando conoces a Dios, tu sabes con certeza que algo mayor, más grande, más fuerte que tú esta en control de tu vida, de tu futuro, de tu destino. 

"...Entonces, ¿qué diremos a esto? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros?" Romanos 8:31

No te sientas culpable por "sentirte afligido", o por reconocer que en verdad has sido golpeado y que los golpes recibidos duelen. Claro que duelen. 

No tengas temor de reconocer que temporalmente te encuentras confundido, atacado por dudas y que el sentimiento de angustia pelea contra la paz de Dios en lo más profundo de tu alma. Estas en la lucha, y estas sufriendo dolor, pero no serás derrotado, no serás vencido.

dios esta con nosotros

Eres de carne y hueso y así como al peleador profesional le toma tiempo llegar a la madurez suficiente para poder enfrentar contrincantes reales y así competir por galardones valiosos, a ti te llegará el tiempo en que tu relación con Dios haya sido tan intensa, que has llegado a un punto donde ya casi ningún ataque del enemigo tendrá el poder de afligirte, con temor o desánimo y mucho menos podrás hundirte en depresión.

¿Cuánto tiempo?  Entre más rápido te decidas creer firmemente en su palabra, mejor. Cuando tú sabes que el enemigo te ataca, tu fuente de fortaleza es la palabra de Dios. No confiamos en emociones y sentimientos, confiamos en su palabra y si su palabra dice que no estamos derribados, no lo estamos.


Hoy, Dios está en tu vida. Si estás abierto a su presencia, probablemente ya sabes que Dios te puede fortalecer, te puede llenar de alegría y fortaleza para continuar con tu vida a pesar de las tribulaciones. Si aún no has conocido al Dios real de quien te hablo, te estás perdiendo de algo maravilloso, como te he dicho antes, difícil de explicar con palabras. 

La presencia de Dios no llegará a tu vida usando formulas humanas para "alcanzar a Dios". No hay palabras, verbos, frases, enunciados, poemas, oraciones, que tengan la "llave" para abrirte la puerta a la presencia de Dios.

 
El lenguaje de Dios es único entre tú y El, solo Él tiene la capacidad de hablarte a tu corazón. Tu entenderás cuando sea El quien te habla y si tú quieres hablar con Él, la única llave que si conozco es la voz de un corazón humilde, que reconoce sus propias faltas, que anhela su presencia y le abre toda su vida a Cristo Jesús.

Ya leíste arriba que la presencia de Dios en tu vida te dará la protección y la seguridad, de que ninguna aflicción se convertirá en angustia eterna y de que ningún golpe de la vida te podrá derribar. 
Dale gracias a Dios porque Él te busca hoy a ti, para iniciar una vida en El, para llenar tu vida de su presencia y su amor. 

Gracias Cristo Jesus.

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Escrito por Hermes Alberto Carvajal


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