El amor es un sentimiento difícil de describir que no todo el mundo puede entender o sentir de la misma manera. Perdonamos, aguantamos y hacemos cosas que nunca hubiéramos pensado hacer por amor.
El amor no es celoso, ni orgulloso, ni se enorgullece de sí mismo. No es grosero, ni egocéntrico, ni se enfada fácilmente, ni guarda rencor (1 Corintios 13:4-5).
El amor de una madre por sus hijos es en verdad un sentimiento incomprensible, ya que pocos llegan a entenderlo. Cuando vemos a una madre, solemos pensar: "Está feliz, tiene un hijo". Pero, ¿qué ocurre entre bastidores con esa madre feliz? ¿Has pensado alguna vez en lo que cuesta dar a luz a una criatura?
Cuando una mujer da a luz a un niño, pasa por tres etapas, te las explico a continuación:
Ser o no ser madre
La mayoría de los embarazos no son planificados, lo que pone a la futura mamá en la dolorosa situación de tener que decidir si se queda con el bebé o no. Esto dependerá de la aptitud que elijan en función de la ayuda que reciba y de cómo se sienta.
Una madre creyente esperará conforme en Su Señor, pues sabe que Su voluntad es perfecta. También sabe que Dios la guiará durante todo el proceso.
"Pero el SEÑOR es bueno y justo, por eso muestra el camino a los que han obrado mal". Él conduce a los humildes a hacer lo que es correcto y les muestra su camino (Salmo 25:8-9).
Dejar que se quiebre el espíritu
Una vez que una mujer decide que quiere tener un hijo, su cuerpo tendrá que pasar por una serie de cambios que afectarán cómo se siente y cómo se lleva con otras personas.
Aunque tener un bebé es una bendición, la nueva madre también podría tener sentimientos de impotencia, frustración, culpa y debilidad que la molestan e irritan. Esto hace que se sienta triste y disgustada. Una gran parte de la culpa puede que sea de las hormonas, otra ... de la situación, etc. Lo que las nuevas madres necesitan es toda la ayuda posible para evitar problemas en el futuro.
Jesús pagó el precio de dar la vida eterna dejándose maltratar, aunque no había pecado en él. Es como si una mujer tuviera que pasar por el dolor para dar a luz. Pero antes de eso, sintió dolor físico y emocional, Aunque quería liberarse de esa crueldad, puso todo en la buena y perfecta voluntad del Señor.
"Caminó un poco, se postró rostro en tierra y oró así: «Padre mío, si es posible, no me dejes tomar esta copa. Sin embargo, no hagas lo que yo quiero, sino lo que quieres tú»." (Mateo 26:39).
¡Restauración en Cristo!
Después de superar todos esos procesos: los cambios hormonales y físicos, los dolores de parto, las noches de insomnio durante mucho tiempo, la lactancia, etc. La madre cansada se prepara para su bebé. Se recupera y lucha con todo su amor para las nuevas cosas que hará con su hermoso bebé.
Es una etapa que estará llena de sorpresas y momentos felices que la ayudarán a olvidar el proceso por el que ha pasado.
Dios quiere que seas salvo. Tú puedes ser transformado ahora mismo para que el precio que tuvo que pagar para darnos la vida sea justo. Busca de Él hoy, no después, y agradece el gran sacrificio que hizo por ti.