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2022-07-01

¿Qué es rebeldía?

Rebeldía es rebelarnos contra un poder o autoridad superior a nosotros. Muchas veces, sin mucho esfuerzo, acostumbramos a quejarnos, a murmurar y a mostrar rebeldía a cada palabra del Señor.

Números 16:31-33

31 Y aconteció que cuando terminó de hablar todas estas palabras, la tierra debajo de ellos se partió, 32 y la tierra abrió su boca y se los tragó, a ellos y a sus casas y a todos los hombres de Coré con todos sus bienes. 33 Ellos y todo lo que les pertenecía descendieron vivos al Seol; y la tierra los cubrió y perecieron de en medio de la asamblea.

Como ejemplo de rebeldía tenemos a Coré en este capítulo 16 del Libro de Los Números. Sabemos que Coré creció conociendo la Palabra, pertenecía a la Tribu de Leví. Él había sido instruido en todo lo relacionado con las cosas del Señor. También él había visto la mano de Dios obrar tremendos milagros. Sin embargo, su corazón se llenó de egoísmo y envidia, y este hombre terminó levantándose contra Moisés y contra el orden que Dios había establecido conforme a su plan.

Usted seguramente sabe quién era Moisés. Fue un hombre elegido por Dios para rescatar a su pueblo, Israel, de la esclavitud en Egipto. Fue él quien se encargó del Éxodo del pueblo de Dios. Por lo tanto, este hombre conocía la grandeza del señor. Pero en algún momento se sintió muy capaz e hizo un análisis de su situación, por lo que concluyó que “si Moisés podía hacerlo, él también. E incluso, podía hacerlo mejor".

Este es un caso típico, de hecho, hay otros casos como este. Por ejemplo, el caso de Saúl.  Pero en este artículo hablaremos solo de lo que pasó entre Coré y Moisés. Por tanto, debemos dejar en claro que a veces somos rápidos para juzgar el por qué aquel hermano, aquella vecina, aquel funcionario o aquel pastor puede hacerlo y yo no. No nos detenemos a mirar los frutos de esa persona ni tampoco pensamos es cuál sería mi colaboración para hacer que su obra, guiada por Dios, sea aún más exitosa.

Somos sabios en nuestra propia opinión. Esto fue lo que le pasó a Coré, Ahora vamos a ver cuáles fueron las consecuencias a su desobediencia.

¿Cúal fue el pecado de Coré?

Su pecado fue la rebeldía, la desobediencia. Según nos relata la Biblia, Coré se propuso establecer un plan para derrocar a Moisés y Aarón. Así que comenzó a quejarse, a murmurar y a desobedecer la voluntad de Dios ante la congregación. Sencillamente, su fin era sembrar cizaña entre todos porque él no estaba de acuerdo con el plan de Dios.

Coré estaba solicitando un puesto que no le correspondía. Dios le había dado esa responsabilidad a Moisés. Esto llevó a Coré a poner a la gente en contra de este siervo de Dios.  El cual, a pesar de sus defectos y virtudes, fue el elegido. Su deseo en su corazón lo dominó por completo a tal punto que comenzó a hablar mal, a desobedecer, a rebelarse, a levantar calumnias y autoproclamarse líder del pueblo de Dios.

Yo incluso puedo imaginar cómo, por ejemplo, criticaba la forma de hablar de Moisés. Recordemos que Moisés tenía problemas para hablar. Sin embargo, Dios lo utilizaba para comunicarse con su pueblo. Moisés le pasaba el mensaje de Dios al pueblo de Israel.

Obviamente, Coré decía todas estas cosas porque se creía merecedor y quería sobresalir por sus propios méritos, pues se creía tener muchos conocimientos que lo hacían ideal para tal compromiso.

¿Cuántas veces usted se ha preguntado que por qué no tal persona en lugar de aquella otra que considera usted tiene más capacidad? Lo peor es que logró poner en contra a la mayoría. A pesar de que ellos habían visto obrar a Dios, y habían visto cómo Dios había puesto a Moisés a cargo. Aun así no estaban de acuerdo y criticaban el plan de Dios.

¿Cuáles fueron las consecuencias de este pecado? 

Moisés clamó al Señor y le pidió a Dios que viniera en su auxilio porque ya ellos se estaban tomando atribuciones que no les correspondían como quemar incienso y llevar la adoración y la alabanza al tabernáculo.

Moisés no intentó detenerlos y hasta les dijo que lo intentaran. Lo que aconteció fue que Dios le permitió a Moisés determinar el destino de Coré y sus secuaces. No había terminado de hablar cuando sucedió lo que relata el Libro de Número 16, del versículo 31 al 33: cuando hablaba todas estas palabras se abrió la tierra que estaba debajo de ellos; abrió su boca y los tragó. Tanto Coré como a los 250 príncipes fueron tragados.

Entonces, ¿qué harás tú? No lleguemos a esos extremos, tal como sí lo hicieron la gente de Coré. Controlemos nuestras acciones, controlemos lo que decimos. 

Cuando pecamos en rebeldía, puede parecer que estamos haciendo lo que a nuestros ojos es justo. Pero una vez que nos damos cuenta del error, nuestra tendencia natural es escondernos de Dios cuando nos sentimos culpables y avergonzados. Aun así, cuando pecamos, es importante hacer las paces con Dios. De esta manera dejamos de pensar en que Dios está enojado y distante de nosotros.

A veces a nuestro juicio, Dios está siendo injusto con nosotros y de repente ya no sabe lo que hace. Por eso nuestro ego nos traiciona y terminamos pecando contra Él. Pero su promesa de restauración es verdadera y vale la pena esperarla. He aquí algunas ideas útiles para volver a Dios después de la desobediencia.

Confiesa lo que crees que has hecho mal

La confesión es una parte esencial para volver a Dios. No podemos reconciliarnos con Dios si antes no le hemos confesado nuestros pecados. Si no nos desprendemos de cualquier pecado, nunca podremos volver a entablar una relación con en el Santo de los santos.

La confesión no es una mera formalidad, sino una oportunidad para que Dios nos limpie a través de su perdón y una oportunidad para que recibamos misericordia. Si no hemos enmendado nuestra conducta con aquellos a los que hemos herido, no podemos ser perdonados. Podemos tener las mejores intenciones, pero si no hemos reconocido nuestros errores, nunca seremos libres para seguir adelante.

Orar con un corazón contrito y humillado

Orar con un corazón contrito y humillado, nuestro Señor, no lo desprecia. La oración hecha con sinceridad puede ayudarnos a perdonarnos a nosotros mismos y a los demás. Cuanto más oremos, más comprenderemos la magnitud de nuestro pecado. Podemos pedirle a Dios que nos muestre por qué hemos pecado. También podemos orar para que Dios nos perdone.

Al perdonarnos a nosotros mismos y a los demás, nos liberamos para seguir adelante.

Retoma tus devocionales, alabanzas y oración

Los devocionales diarios son la clave para volver a Dios. Cuando sentimos que lo hemos perdido todo es importante recordar nuestra relación con Dios. Asimismo, cuando nos encontramos en situaciones difíciles es importante acudir a Dios y encontrar su paz y su fuerza. Esto nos ayudará a ver la situación desde una perspectiva diferente.

Por otro lado, aléjate de las cosas que te tientan o te hacen pecar. Cuando te encuentres con pensamientos como: "Me merezco esto", "Esto es lo que me he ganado" o "Esto es lo que me merezco", trata de cambiar tu perspectiva.

Construye tu relación con Cristo y encuentra nuevas formas de conectarte con Él. Cuando te sientas mal, trata de encontrar el lado positivo. Dios tiene un plan contigo, como lo tiene también con otras personas. No seas sabio en tu propia opinión y observa los frutos del trabajo de esa persona. Esto ayudará a fortalecer tu relación con Dios y te recordará tu valor.

Conclusión 

Es importante tener en cuenta que volver a Dios no significa que Dios tomará tu pecado a la ligera o que permitirá que sigamos en el pecado o la desobediencia

Jesucristo murió en la cruz para perdonar nuestros pecados. Eso significa que ahora estamos cubiertos con Su justicia y ya no estamos en pecado. Dios no quiere vernos en pecado; quiere ver a su hijo en nosotros.

Por otro lado, hay libertad en ser perdonado. No hay necesidad de esconderse de Dios cuando estamos cubiertos en Su gracia y perdón. Es importante recordar que cuando volvemos a Dios, no siempre es fácil. Puede parecer que estamos empezando de nuevo, pero nunca es demasiado tarde para volver a quien nos ama más que a nada en el mundo.

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