
Te tengo aquí, envuelto en el manto de mi amor; cobijado por mi paz, muy dentro de mi corazón. Porque nunca debes de olvidar que nadie jamás será capaz de apartarte de mi lado; de hacer que yo quite mis ojos de mi niño a quien amo.
Motivo de mi alegría, de ti mi hijo amado: ¿por qué tiemblas? ¿Por
qué lloras? ¿Por qué miras hacia atrás? ¿Por qué miras hacia los lados cuando
enfrente de ti están tus sueños, la satisfacción y la llenura que tanto has
anhelado?
Todo está seguro
para ti, por mi nombre lo he jurado: mas tu parte es creer, desechar las voces
de mentira que, con envidia quieren verte privado de la inmensa bendición que
ellos jamás alcanzaran, mientras no me crean a mí.
Mas
tú has creído, tu vida me has entregado. Yo te daré aún más y eternamente aquí:
cobijado por mi paz, envuelto en mi amor, morarás seguro y a partir de hoy, no
escucharás a ninguno que te diga que “tú no”, que para ti no es posible. Ellos
no entienden mi amor.
Escrito por Hermes Alberto Carvajal Google
Recuérdalo, todos los días, una palabra de fortaleza para ti