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2016-08-22
Las amas de casa adoran el pasillo de detergentes en el supermercado. Puesto que en algunos países, existen una gran variedad de productos que bien cada uno, sirven para abrillantar, limpiar y quitar impurezas de lugares específicos de la casa. Por lo que existen líquidos y productos para vidrios, ventanas, puertas, pasamanos, inodoros, neveras y un sinfín de rincones que normalmente, no se suelen limpiar con regularidad. Pero existe también una lista de recetas caseras que sirven para limpiar esos espacios, sin la necesidad de escoger un gran número de productos industrializados, que al final pueden ocasionar alergias y son peligrosos mantenerlos en sitios al aire libre. Incluso, si se tienen niños en el hogar, puede ser altamente peligroso almacenar toda esa gama de productos que generan grandes gastos, y pocos resultados.

 

Entonces, búscate:

- Bicarbonato.

- Vinagre.

- Cepillo de diente que no uses en casa.

- Amoniaco.

- Cepillo para lavadero.

- Mostaza.

- Jabón líquido. Puede ser el que se usa para lavar platos.

- Hisopos y algodón.

Reúne todo ese material en una mesa y apunta las siguientes recetas de limpieza, y para qué puedes darle uso a cada cosa.

Comenzamos con la cocina y qué mejor que hacerlo por el horno. El rincón para cocinar donde más residuos de gérmenes y resto de comidas se encuentran.

Para limpiarlo y retírale todas las impurezas y manchas, busca el amoniaco que te recomendamos ubicar anteriormente.

Viértelo en medianas gotas sobre las partes más críticas del horno. Deja reposarlo en ellas varios minutos. Aunque entre más tiempo dejes el amoniaco, las manchas se podrán sacar más fácilmente. Deja la puerta del horno abierta y ten cuidado con el contacto con las manos. Si el olor te parece fuerte, entonces, usa siempre una mascarilla.

Luego retira bien con agua tibia hasta que no quede olor alguno. Llegarás a verte a través de las paredes de tu horno. El amoniaco es verdaderamente efectivo.

Siguiendo en la cocina, ubícate frente a las hornillas y sus apagadores. ¿Qué vez¡ ¿En verdad las estufas están totalmente limpias?

Para corroborarlo, búscate los hisopos, el cepillo de dientes que no estás usando en casa, y el amoniaco.

Moja un hisopo con el amoniaco y lo pasas por las estufas. ¿Ves cómo se va retirando el sucio que piensas que no está allí? Procede a hacerlo por toda la estufa hasta que esté reluciente. Luego, hazlo con el cepillo de tiendes para quitar las manchas más pegadas.

Lavas y lavas la nevera pero siempre sientes que entre más la lavas, más se ensucia. Eso es porque no has utilizado el producto adecuado para retirarle todos los residuos. Esos que se esconden en las rendijitas más recónditas de tu refrigerador. Para lograrlo, solo necesitas: Bicarbonato. Con medio litro de agua y una sola cucharada de bicarbonato, lograrás el sistema de limpieza perfecto para dejar reluciente la nevera.

No todas las cocinas tienen extractor en el horno. Pero si tu casa es una, pues no dejes de ubicar para limpiarlo, lo siguiente: Bicarbonato y amoniaco.

Busca un recipiente, viértele agua y le arrojas (ya cuando el agua esté a punto de hervir) el bicarbonato y vas revolviendo. Poco a poco, vas agregando agua y un poco más de bicarbonato. Con esta preparación moja los filtros y el extractor con mucho cuidado. Para esto, trata de buscar ayuda. Para la grasa más fuerte, has lo mismo con el amoniaco. Si luego de retirar el fuego, mantienen el agua caliente, in volverla a hervir, vierte un poco de amoniaco y con esto, puedes remover la grasa del extractor. Recuerda que el miso, sirve para recibir todos los vapores y la grasa que despide el horno al cocinar. Así que para limpiarlo, debes dedicarle tiempo y paciencia.


Luego de terminar con la cocina, comienza entonces con el lugar de la casa donde se acumulan más gérmenes: El baño. Y ¿Cómo no empezar con el inodoro? Para limpiarlo, no vas a necesitar ningún aditivo químico ni industrializado. Solo tráete de la cocina y de la lista anterior: El vinagre. Con una esponja y cepillo de lavadero, vierte vinagre en no muy grandes cantidades y verás cómo quedan de relucientes todos los inodoros de la casa.

Busca en la lista anterior: El jabón líquido que usas para lavar platos, el agua oxigenada y el inseparable Bicarbonato. Esta mezcla funciona para limpiar la cerámica que rodea el baño. Ubica el cepillo de dientes que no usas nadie y el cepillo de lavadero. Mezcla todos los ingredientes en una taza y moja los cepillos para luego, aplicar en las separaciones de las cerámicas. Es mejor dejar reposar antes de quitar con bastante agua lo que has mojado y removido.

Limpiaste la cocina, luego los baños. Mereces un descanso. Pero antes de obtenerlo, debes hacerlo en un punto limpio. La sala de tu casa también sufre la acumulación de gérmenes. ¿Cómo los quitas? Piensa primero en qué sitios hay más sucio. ¡Listo! En los cojines de los sillones y las alfombras de las mesas. Para ello, busca alcohol de medicamentos, un cepillo de lavadero, una esponja y por supuesto: ¡Bicarbonato!

Primero ubica las manchas y le pasas el alcohol con la esponja. Luego frota con el bicarbonato y agua con el cepillo y te vas ayudando con el alcohol, simultáneamente hasta lograr quitarlas del todo.






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