El destacado comediante Jim Carrey es una de las últimas
personas que alguien podría considerar depresiva. Pero en cierto momento de su
vida lo fue. Su participación en el filme “Tonto y retonto” o en “Ace Aventura”
lo definió claramente como un gran humorista, pero precisamente su humor nacía
de su desesperación interior.
En 2004 reveló que había luchado contra la
depresión. Ya desde niño, cuando su
madre enfermaba, él le levantaba el ánimo con sus ocurrencias. Después de mucho
tiempo logró recuperarse sin la necesidad de entrar en drogas.