
La
respuesta que buscas existe: la solución a tu situación ya ha sido dada por
Dios. La confusión ciega, entenebrece el entendimiento; no te permite
discernir, diferenciar cuál será el camino correcto o la decisión adecuada.
Dios es
claro y directo cuando él habla, y él te dice hoy: No te hundas
más en confusión, desecha
las cosas que son una carga para tu alma y ven; pon ante mi tus caminos, tus
deseos, tus anhelos, tu preguntas, tus dudas, tus temores. Entrégame lo que
lastima, pon a mis pies las cosas con las que ya no puedes más. Ante mí no
tienes que fingir, yo sé cuando estás bien, y yo entiendo cuando tu corazón sin
palabras me dice que se siente mal. Yo te comprendo y mil veces lo repito: YO TE AMO. Déjame ser la luz de tu
camino, el que te guía por las sendas de la paz. ¡YO TE DARÉ LA SALIDA, VEN A
MI!
Recuérdalo, todos los días, una palabra de fortaleza para ti