Seguridad “de lujo”  por $150 a la semana

 

Después de “negociar”, y de regalarles comida y cervezas, la cuota quedó en $150…

Ellos dijeron que era una “baba”, pero que mi esposa y yo les caíamos bien, y la comida estaba buena. Así que oficialmente ya teníamos “guardias de seguridad”, los cuales solamente venían a llevarse el dinero, y a veces no los veía por dos o 3 semanas, pero eso sí, cuando venían en grupos de 4 y hasta 10 fulanos y fulanas, se comían todo el restaurante, y todavía querían que les diera dinero. Lo bueno que siempre les di menos de lo que pedían. La comida que les daba los mantenía contentos.

Un martes llegaron y comieron costillas, menudo, en fin, todo lo que había sobrado del día.  Ya era entrada la noche y no se iban. Nosotros siempre con el pendiente de que ahí mismo se soltaran los balazos. De la policía no teníamos miedo si unas dos veces hasta trajeron agentes de la local a “cenar”, pero le temíamos a las bandas rivales, que los fueran a atrapar ahí comiendo.

Se fueron como a las 11 de la noche. Mi esposa, un nieto y yo cerrábamos la puerta cuando se escuchó una terrible balacera a unos kilómetros de ahí. Duro un buen rato, una hora tal vez. Llegamos a la casa y aún a lo lejos se escuchaban las ametralladoras. Al otro día supimos que en el tiroteo había muerto el Guate y que el comandante quedó muy mal herido. Días después, murió.

No le deseamos el mal a nadie, pero me preguntaba a mí mismo, si ahí se acabarían las extorsiones. Y aunque ya hasta me estaban empezando a caer bien (por ocurrentes), no dejaba de sentir un poco de paz por el hecho de que tal vez ya no tendríamos que pagarle  a nadie por “protección”.

 

CONTINÚA… PARTE III: “UNA DESAGRADABLE SORPRESA

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