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2021-10-15
Filipenses 4:6
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Filipenses 4:6:

¿Quién dijo que los hijos de Dios no tenemos derecho a “pedir”?  ¿Quién te dijo que Dios no te quiere dar lo mejor?  Es una verdad bíblica. Versículo tras versículo, la biblia nos habla de un Padre dispuesto siempre a darle lo mejor a sus hijos. 

¿Por qué Dios nos dará siempre lo mejor?  Por la sencilla pero poderosa razón de que los hijos de Dios sabemos pedir sabiamente. No pedimos necedades, ni nos tiramos al suelo tirando de patadas, enojados con Dios cuando no contesta nuestros caprichos. 

No necesitamos el automóvil más caro del mundo, ni una tonelada de oro en joyas y piedras preciosas para colgárnoslas del cuello y así sentirnos felices, ni necesitamos demostrar prosperidad y buena posición social para tener la seguridad de quienes somos.

Sabemos que la raíz de todos los males es el amor al dinero, a las posesiones materiales. Tanto el dinero y las posesiones pueden ser de gran bendición, pero nuestra oración no se enfoca en pedir y pedir “juguetes caros” que luego se pueden transformar en problemas. 

También sabemos aceptar el “no” de Dios. 

Entendemos que si no recibimos algo de manera inmediata es por nuestro bien: O no lo necesitaremos nunca, o Dios traerá esa bendición a nuestras vidas en el tiempo perfecto.  No debemos estar ansiosos, afanosos, nerviosos por nuestro futuro. 

Si hemos tomado malas decisiones, si hemos cometido errores y estamos sufriendo las consecuencias de esas fallas, aun así, tenemos el derecho a traer nuestras peticiones a Dios con ruego, como nos manda este versículo que leímos.


 Si, con ruego, ruego significa el tener la humildad de saber nuestro lugar en la familia de Dios. Nosotros somos los hijos, no es que tengamos derecho a recibir lo que queremos porque nos hemos portado bien, pero tenemos el derecho porque hemos sido cubiertos con la sangre del cordero y ahora somos hijos y herederos, y esto nos da la libertad de venir ante Dios, con insistencia, con persistencia, no dije con altanería y exigiendo, no, así no, sino con la tenacidad de saber que la respuesta de Dios traerá liberación y paz a nuestras almas y a nuestras familias.  (Continúa leyendo abajo de esta imagen)

Filipenses 4:7


Cuando Dios mira que esa petición nace de lo profundo de tu corazón, créelo, El té la va a conceder, o te dará algo mejor, o abrirá tus ojos para que veas mejores alternativas que ya tienes a la mano, y no es necesario esperar por una respuesta.

En realidad, Él ya sabe nuestras peticiones aun antes de que abramos nuestra boca, pero, Dios usa este proceso para que podamos madurar y entender a pedir con sabiduría. Una necesidad que no puede ser reforzada con la persistencia de la oración, tal vez solo sea un capricho, un deseo infantil, tal vez no sea en realidad benéfica para nosotros.

Si alguien te dice que Dios te dará absolutamente todo lo que le pidas, esa persona te está mintiendo tal vez sin ninguna mala intención, simplemente esa persona no ha madurado en su conocimiento de Dios. La verdad es que Dios te concederá muchas peticiones sabias que nacen de un corazón humilde y en tono con su palabra.

¿Te sientes infeliz, nervioso, temeroso ahora mismo? Cierra tus ojos, derrama tu corazón ante Dios. Dile cuáles son tus temores, tus dolores, tus peticiones. 

Filipenses 4:7 dice: “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”


Me da tanto gozo saber que en este momento la paz de Dios está inundando todo tu ser. Amen.

Escrito por Hermes Alberto Carvajal

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