Pensamos que estaba muy enferma
Sin
embargo, como mi nena cumplía años decidí hacer una fiesta
pequeña, casi familiar. Llegó el momento esperado de quebrar la
piñata, y yo decidí ir a barrer para que no quedara sucio el
espacio donde estarían mis sobrinitos. En mi afán, no me di cuenta
de un pedacito de la olla de barro y resbalé sin llegar a caer; sólo
sentí un pequeño tirón en la pierna y pasó.
A
los tres días me sentí mal en el trabajo, pero volvió a pasar
inadvertido. Por la tarde comimos con mi esposo y al terminar, me dio
un sueño tremendo; así que fui y me recosté en la cama, y me sentí
húmeda:como si me hubiesen dejado caer encima una cubeta de agua .
Mi esposo estaba acostado, pero sé que es algo juguetón; así que
le pregunté por qué me había mojado y él me contestó: - "Yo
no te hecho nada. ¿Por qué lo dices?
—Estoy
mojada, le contesté.
—Pero...
¿estás enferma? Me preguntó mi marido preocupado.
—No,
no lo estoy, le dije.
Todo ocurrio tan de repente: mis familiares llegaron y mi esposo se estaba
acabando de bañar para llevarme al doctor. Salimos preocupados de la
casa y al llegar, me realizaron un ultrasonido...