1- Angel Luis "Pedrito Cebollita" Pantojas
Ángel Luis "Pedrito Cebollita" Pantojas Medina tenía 24 años, fue velado en Hato Rey. Pedrito vivió su corta vida entre armas y drogas. Siempre había dicho a su familia que cuando falleciera, lo velaran y lo enterraran de pie. Así que cuando el cuerpo de Pedrito fue encontrado en ropa interior y bajo un puente, con diez disparos en la espalda y dos tiros en la cara, su familia honró su deseo: Pedrito fue velado 'parao'.
Lo vistieron como acostumbraba el difunto: con ropa de estilo urbano, una gorra de béisbol de los Yankees, gafas de sol de diseñador y su bling bling. Su cadáver fue atado en una esquina de la sala de su madre para así poder estar de pie. La pose del difunto era desafiante, con los pulgares metidos en los bolsillos de su pantalón; y por supuesto, no podía faltar como música de fondo, la canción del cantante y compositor panameño, Rubén Blades. Al velatorio asistió la gente extrañada, conocidos y no conocidos del muerto, quienes no podían salir de su asombro al ver el velatorio de este muerto parao.
"Si yo he vivido parao, ¡ay! que me entierren parao,
si pagué el precio que paga el que no vive arrodillao.
La vida me ha restregao, pero jamás me ha planchao,
en la buena y en la mala voy con los dientes pelaos.
Sonriendo y de pie, siempre parao", dice una estrofa de la canción.
Era casi como si estuviera enviando un mensaje a sus asesinos.
"Ese era su deseo. Él quería ser feliz, de pie, como si estuviera vivo, fuerte ", dijo su hermano Carlos Torres.
El sepelio de Pedrito se hizo viral, y se convirtió en el fenómeno del "El Muerto parao". La práctica se hizo tan popular que instigó un debate constitucional en la legislatura y al final fue declarado legal, siempre y cuando las poses de la persona fallecida no sean obscenas.