2022-10-28

La mayoría de las veces, las personas con una voluntad fuerte también son lo suficientemente persistentes como para alcanzar sus objetivos. Porque saben defenderse y perseverar.

Lo que significa tener fuerza de voluntad

La fuerza de voluntad se trata más de hacerse cargo de nuestras acciones y dejar de lado los placeres inmediatos en favor de objetivos a largo plazo.

La mayoría de las veces, las personas con voluntad fuerte son lo suficientemente persistentes para alcanzar sus metas. Si ponemos nuestra confianza en Dios Todopoderoso, Él nos dará la fuerza que necesitamos para tener éxito.

No obstante, cuando somos mentalmente perezosos o no nos esforzamos tanto, las cosas se ponen más difíciles. Pero si eres creyente, te sorprenderá cómo, si crees, la fuerza puede venir de un lugar inesperado y ayudarte a ganar la victoria.

Romanos 3:10 habla tanto de personas de voluntad fuerte como de personas de voluntad débil. La Biblia dice que el dominio propio es importante. La falta de fuerza de voluntad puede llevar al pecado. Al controlarnos, mostramos que la obra del Espíritu Santo en nosotros fortalece nuestro cuerpo. Este poder espiritual nos facilita obedecer a Dios en cada aspecto de nuestra vida para nuestro bien.

Otras razones por las que nos cuesta controlarnos

Cuando no tenemos suficiente fuerza de voluntad, a veces nos dejamos llevar por la corriente. Otras veces, nuestro dolor es tan fuerte que nos empuja y nos obliga a defendernos y a decirle no a aquello que no nos conviene.

Cuando somos mentalmente perezosos o no nos esforzamos tanto, las cosas se ponen más difíciles. Pero ahí, si eres creyente, te sorprenderá cómo, si crees, la fuerza puede venir de un lugar inesperado y ayudarte a ganar.

La persona con una voluntad de hierro, por otra parte, destacará porque está decidida y no puede ser detenida. Sabe que tiene que hacerlo porque ha leído la Biblia y sabe lo que Dios ha prometido.

Del mismo modo, este hombre o mujer fuerte se aleja de su pecado porque sabe que es su debilidad. También cree que su fuerza viene directamente del trono de gracia y  vencerá.

Sí, una voluntad fuerte puede derribar muros, volver a construirlos o incluso tender puentes cuando sea necesario. Si eso no es posible, pon toda tu fe en Dios. Sabes que tu Señor se pondrá en un lugar donde no hay nada.

Utiliza la fuerza de tu mente

Alguien podría decirte que pongas de tu parte y utilices la fuerza de tu mente. Encontrarás a alguien que te diga que eleves tu mente y te hagas cargo de ti mismo. Esto puede funcionar a veces, pero en otras ocasiones, no. Simplemente, no podemos mantenernos bajo control. Aquí es donde entra el poder de Dios.

La buena noticia es que se puede resolver a través de Cristo

La Biblia habla de que la voluntad tiene poder. Por nosotros mismos, ninguno puede vivir como Dios quiere que vivamos. Romanos 3:10 habla tanto de personas con voluntad fuerte como de personas con voluntad débil. "No hay un solo hombre justo, no hay uno", dice la Biblia.

Dios sabe que no podemos permanecer en el camino correcto solo porque queremos. El Señor de los Ejércitos dice:

"No con ejércitos ni con fuerza, sino con mi espíritu" (Zacarías 4:6).

¿Necesitamos voluntades fuertes para acercarnos a Dios?

Quizá ahora pensemos que hay que tener una voluntad fuerte para mantenernos en oración y leer la Biblia. No, nuestra relación con el Salvador no depende de lo bien que podamos hacer las cosas o de lo mucho que trabajemos.

Es importante saber de dónde provienen nuestra fuerza y sabiduría para poder vivir bien nuestra vida sabiamente.

La Biblia dice que el autocontrol es importante

En la Biblia, el autocontrol significa ser capaz de controlar nuestros sentimientos e impulsos. Al controlarnos, demostramos que la obra del Espíritu Santo en nosotros fortalece nos fortalece. Este poder espiritual nos facilita la obediencia a Dios en todos los aspectos de nuestra vida.

El autocontrol es un ejemplo de un fruto del Espíritu Santo en la vida de un creyente, según la Biblia. El autocontrol es un término general que indica que eres capaz de mantenerte bajo control. Pero depende de lo que el Espíritu Santo haga en nosotros. A medida que dejamos que el Espíritu Santo nos cambie, nos transforme, vamos teniendo más y más control sobre nosotros mismos.

Del mismo modo, no tener autocontrol es un pecado porque el control mismo es un fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23). Por lo tanto, no ser capaz de controlarse a sí mismo le llevará a pecar. Si no tienes autocontrol, puedes ceder al impulso de dejarte llevar por lo que ves, sientes o quieres.

Así que, si eres amigo de Dios, quédate con él. La falta de fuerza de voluntad puede llevar al pecado, pero no es el pecado en sí.

Dios te bendice y te llena de fuerza de voluntad.

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