Isaiah Acosta, un joven sin mandíbula que se ha convertido en un exitoso rapero

2022-12-02

Cada persona lleva un ritmo de vida acorde a su personalidad y deseos de vivir. Cada quien es dueño de lo que hace o dice y cada quien conserva un orden dentro y fuera de su interior, que generalmente lucha por mantener equilibrado. Pero ¿Qué pasa cuando tienes un hijo?

La mayoría de la gente cuando forma una familia está obligada a realizar cambios que normalmente no haría. Sin embargo, la llegada de un nuevo ser es sinónimo de crecimiento, evolución y felicidad. También tenemos sentimientos encontrados de:

1. Alegría y Duda

Tener hijos no es fácil, primero porque no le conocemos ni sabemos cómo será, segundo esto alteraría nuestro estilo de ver y llevar la vida y tercero siempre habrá que hacer sacrificios por ellos.

Es cierto que un hijo implica modificar y pasar por muchas cosas, pero tenerlo es el acontecimiento más hermoso y real que puede ocurrir. El amor todo lo puede:

“Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Corintios 13:7) así mismo es el amor de Dios.

El desconocimiento nos hace dudar, pero el amor nos llena de felicidad. Es por eso que los esfuerzos que causan los hijos a sus padres nunca les pesaran. Jesús pagó el precio más alto por salvar a todos sus hijos y aunque la gran mayoría hemos sido mal agradecidos al no saber apreciar tan valeroso acto, él no dudaría ni un segundo en perdonarnos.

"que, si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. 10 Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo. 11 Así dice la Escritura: «Todo el que confíe en él no será jamás defraudado», el gozo del Señor es nuestro arrepentimiento (Lucas 15:10)".

El gozo de nuestro Padre Celestial es que sus hijos, que andan por el mal camino, regresen arrepentidos a sus brazos. Él te está esperando con los brazos abiertos, siempre.

2. Aceptación y caos

Algunos padres no aceptan alegremente la noticia de que serán papás. Tristemente, esto sucede más a menudo de lo que piensas. Sin embargo, una vez que la duda ha sido disipada, los padres entran en un proceso de asimilación y aunque aún no tienen la menor idea de lo que tienen que enfrentar, tratan de prepararse para asumir compromisos reales.

Pero las etapas que vivirán los harán sentir en un abismo donde muchas veces no sabrán cómo salir, mas en Dios siempre hay contentamiento para tales acontecimientos, nada mejor que la llegada de un hijo para desarrollar el don de amar sin medidas y rebosar de alegría.

Así mismo, se goza Dios cuando le buscamos de corazón, no importa lo que hallamos hecho en la vida no existe el caos para quien ama, perdona y olvida.

3. Recibimiento y esperanza

El día del alumbramiento se vuelve un manojo de emociones y sentimientos encontrados.

Mamá sufre y llora producto del dolor y la larga espera, pero a su vez, y al igual que papá, está feliz porque por fin podrá tener en brazos el gran tesoro que le permitió recobrar la confianza, para enfrentar las pruebas de la vida y fortalecer sus alianzas.

Una vez escuche decir que cuando un pecador se arrepiente hay fiesta en los cielos, por lo que deduzco que ese mismo día una vida es reconocida como hija del Señor. Por lo cual, esta se apartará del mal y empezará a vivir en santidad.

El gozo de Dios es el bien de la humanidad y la bondad del prójimo, porque cuando tienes un hijo esperas que su proceder sea legítimo. “Nada me produce más alegría que oír que mis hijos practican la verdad” (3 Juan 1:4).

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