Manejo de la ira en los adolescentes

¿Cómo sabes si estás fuera de control y qué puedes hacer al respecto?

Yo me enojo. Tú te enojas. Tu mamá se enoja. Tu papá se enoja. ¡Hey, todos nos enojamos!

Esa es la verdad, cualquier persona en un determinado momento es capaz de perder la cabeza. La ira es una emoción muy normal y muy humana. Es la forma en que nuestra mente subconsciente libera la presión mental y psicológica con rabia o furia. Lamentablemente, esto te puede llevar por el mal camino. Sin embargo, enojarse es algo normal, pero dejar que la ira tome lo mejor de ti, no está bien.

Sorprendentemente, reconocer y manejar la ira es relativamente fácil, te explicaremos cómo hacerlo.

Dios Es Bueno. Renuevo de Plenitud Sabes que tu ira está fuera de control cuando:

-Si te enojas cuando algo te molesta o se interpone en tu camino y atenta con lo que quieres hacer.

Cuando esto suele suceder, respondes de forma agresiva o violenta. Es decir, gritas, golpeas, empujas, te despotricas (críticas sin consideración ni reparo) o planeas una venganza.

Las cosas que, por lo general, no te hacen enojar de repente se vuelven tu principal problema. Por ejemplo: cuando alguien obtiene una mejor calificación que tú o cuando una persona se toma demasiado tiempo en el baño.

No obstante, la ira también tiene un lado positivo, ya que...

¿Cómo sabes si tu ira está fuera de control?

No obstante, la ira también tiene un lado positivo, ya que nos sentimos enojados cuando nos sentimos amenazados o agraviados, y eso nos da energía extra para hacer frente al problema. A este respecto, no somos muy diferentes de los seres humanos que existieron hace miles de años. La ira es parte de lo que se conoce como la respuesta de alarma generalizada, preparándonos para amenazar, luchar o huir (las tres formas primitivas y básicas para resolver un problema).

Sin embargo, esto no nos funciona en la mayoría de las situaciones sociales a las que estamos expuestos día a día. Cuando nuestra ira es de moderada a intensa, experimentamos esa reacción primitiva y básica. A medida que nuestra ira crece, perdemos nuestra capacidad de razonar lógicamente. En su lugar, tomamos decisiones instintivas, reaccionando igual que niños pequeños.

- Tu ira está fuera de control cuando te encuentras haciendo cosas autodestructivas para hacer frente a tus sentimientos de ira, como la conducción temeraria, actividades recreativas peligrosas, lucha física, las drogas y el alcohol, actividades sexuales sin protección o al azar.

¿Cómo puedes manejar la ira?

La ira versus la respuesta airada

Es importante saber la diferencia entre la ira, que es una reacción emocional válida cuando percibimos una amenaza y cómo nos comportamos cuando estamos enojados. La ira es una respuesta común y natural que puede tener valor, incluso un valor de supervivencia. No hay nada malo o raro en sentirse enojado. Aún así, puede ser un sentimiento muy incómodo. El problema con la ira, por lo general, comienza cuando esta reacción rápida reduce nuestra capacidad de razonar. Entonces, ¿lo qué hacemos cuando estamos enojados puede ser impulsivo, peligroso para nosotros mismos o otros? El peligro existe tanto cuando reaccionamos de forma agresiva como cuando tratamos de negar nuestros sentimientos, ya que esto puede contribuir a la depresión o incluso podemos sentir dolor físico como dolores de cabeza, de estómago o úlceras.

Consejos para manejar la ira

El primer paso para manejar la ira efectivamente es reconocer cuál es tu nivel de ira. Es decir, debes evaluar si los niveles de tensión o ira pueden ser controlables o estás en una etapa peligrosa. El segundo paso consiste en tratar de resolver el problema, pero no si antes analizar el primer paso.

- Reconocer la diferencia entre una molestia o inconveniente y una buena razón para enojarte: si alguien te hace daño o si alguien te falta el respeto. Pero enojarte porque alguien tenga más suerte que tú, o haga las cosas mejor que tú, no son causas razonables para que respondas con ira.

- Revisa tus síntomas corporales. Cuando sientes tensión, tu cuerpo muestra en más de 600 formas diferentes de señales que te advierten de que se está preparando para pelear, amenazar o huir. Algunos de los signos más comunes y más fáciles de reconocer incluyen aumento de la frecuencia cardíaca / latidos fuertes del corazón, respiración rápida y superficial, sensación de calor en la cara, tensas la mandíbula, aprietas los puños, sientes como fluye la energía a través de tu cuerpo, encorvas los hombros…

Consejos para manejar la ira

-¡Corten! Has visto cuando filman una película y el director grita: -¡Corten!

Pues es exactamente lo que tienes que hacer, para… debes controlarte. Tú dominas tu mente, la mente no te domina a ti. Ordénate a ti mismo detenerte.

- Respira profundo y aléjate de la situación. Pregúntate "¿Por qué estoy tan enojado?" "¿Por qué esta situación me vuelve loco?" A menudo las personas pierden tiempo y esfuerzos en resolver un problema porque la ira les quita la visión del problema. La ira los desvía del verdadero camino que deben tomar.

- Conocer los factores desencadenantes es importante. Si hay ciertas cosas que sabes que te molestan o que no puede aceptar, toma medidas para evitarlas. Espera que se "te enfríe la cabeza" para tomar una decisión.

Consejos para manejar la ira

- Planificar tu tiempo con sabiduría

Uno de los factores de estrés más comunes que podría provocarte ira, es la mala administración o gestión del tiempo: cuando estás en un apuro y algo te sale mal, serás más propenso a reaccionar con ira. La forma más sencilla de evitar esto es organizando o administrando bien tu tiempo.

- Hacer ejercicio con regularidad

Es cierto que el ejercicio es una excelente manera de eliminar el estrés de la mente y del cuerpo. Las personas que hacen ejercicio regularmente tienen menos probabilidades de reaccionar de manera exagerada a molestias e inconvenientes.

- Hable en lugar de actuar

Cuando reaccionamos con ira, a menudo hace que el centro de razonamiento de nuestro cerebro se desconecte por un momento; y la forma en que puedes volver a activarlo es hablando en lugar de actuar. Cuando la ira se apodere de ti, toma unos minutos para ordenar tus pensamientos. Habla pausado, piensa lo que vas a decir, pero si lo que vas a decir es negativo o hiriente, mejor quédate callado, aléjate y busca el mejor momento para aclarar lo que no te gustó.

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