2023-01-24

Decimos que el anciano es una persona con muchos años de edad, pero en las Escrituras se describe de una forma diferente. Los ancianos a los que se refiere la Biblia son los sabios. Aquellos con un gran entendimiento y experiencias que les permitía ser de edificación para otros, en especial, los más jóvenes.

A pesar de que es imposible no parar de envejecer no tenemos por qué ser viejos en cuanto a nuestro crecimiento espiritual, que cada día podamos ir conociendo más y más de Dios y envejecer bajo Su gracia. Al igual que una botella de vino, mientras más añeja sea, mejor sabor tiene.

Que nuestras vidas sean como un dulce vino para la gloria de Dios y la bendición de quienes nos rodean.

Tito 2:2 los dice:

A los ancianos, enséñales que sean moderados, respetables, sensatos, e íntegros en la fe, en el amor y en la constancia”.

Estos grandiosos atributos que los ancianos deben practicar es para la bendición de Dios y el fortalecimiento de todos Sus hijos. Dios les ha dado estos conocimientos y la capacidad de practicarlas a través de sus años y experiencias vividas. Pero si todavía no estás seguro de conocerlas, apúrate y conviértete en un anciano de la Palabra:

Ser moderado:

Saber contenerse y saber cómo actuar ante determinadas situaciones es realmente una bendición de Dios. Aquel que posee la habilidad de frenarse y actuar correctamente está lleno del Espíritu Santo, los frutos del Espíritu son un hermoso reflejo de la soberanía de Dios en nuestras vidas.

Pero para poder frenarnos debemos conocer cuáles son nuestras debilidades y comportamientos que nos llevan a pecar.

Debemos prestar atención a quienes somos realmente y tal como menciona Salmos 139:23-24:

Examíname, oh, Dios y ve en mí si hay camino de perversidad, entonces guíame en el camino correcto.¡Apartarme del mal!

No podemos mantener una postura sobria si no conocemos la guía perfecta para vivir en santidad: Cristo y Su Palabra.

Ser respetables:

Ser una persona respetable no implica tener una posición adinerada o asumir una labor muy importante.  Si amamos a nuestros prójimos y los tratamos con respeto y cariño, también lo cultivamos en nuestras relaciones con un aprecio mutuo.

El Señor ordena que los ancianos sean respetados y escuchados por qué sus consejos son sabios. A su vez, deben ser un ejemplo de ese respeto, no maltratando ni amonestando a los más jóvenes con rudeza y alta superioridad.

Aprende y enseña que nuestro Dios está por encima de nosotros y es el primero que merece respeto con gran temor y obediencia.

Ser sensatos:

Para ser sensatos debemos entender y practicar los justos mandatos del Señor y saber dónde estos son aplicados en la actualidad. Poder enseñar a los jóvenes, no solo hablando de nuestras experiencias vividas, pues detrás de esas enseñanzas hay un ejemplo claro que ellos pueden vivir o ver en su época.

"Proverbios de Salomón hijo de David, rey de Israel: para adquirir sabiduría y disciplina; para discernir palabras de inteligencia”, Proverbios 1: 1-‬2.

Íntegros en la fe:

La fe y esperanza nunca se pierden, si llegamos a perderlas es porque nos hemos alejado de Dios.

Somos salvos por la fe en Cristo Jesús, en Él está guardada nuestra identidad y razón de vivir.

Los ancianos también son consejeros en la familia y en la iglesia por sus innumerables vivencias. Para que estos argumentos sean conforme a la verdad del evangelio no pueden apartarse de la fe ni de la renovación del Espíritu, por el cual ha sido bendecido su entendimiento.

Íntegros en el Amor:

Si nos falta amor nos hace falta más de Cristo. Dios es amor.

Ancianos, enseñen a los jóvenes a no amarse de labios (1 Juan 3:18) ni a amar los bienes y riquezas del mundo. Todo esto es vanidad nuestro físico cambia, los metales se oxidan, las ropas se hacen frágiles y las riquezas se pierden.

Pero el amor con que nos ama Dios es un amor verdadero e inexplicable. Un amor que nace de lo más profundo del corazón una vez que conocemos a Cristo y se esparce en toda las áreas de nuestras vidas.

"Por encima de todo, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto”, Colosenses 3:14.

Íntegros en la constancia:

Debemos permanecer en los caminos del Señor y estar siempre dispuestos a dar y apoyar a otros para que también permanezcan en Él.

Nuestras responsabilidades en la vida no acaban cuando entramos a la tercera edad, abandonamos unas para tomar otras.

Eres llamado a dirigir a los más pequeños, a alentar a los dolidos, a compartir tu madurez espiritual. Eres llamado a perseverar en el evangelio hasta la venida de Cristo.

En conclusión: aun después de morir, tus palabras serán recordadas por esos pequeños que hoy escuchan tus consejos.

Close Ad