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2018-10-11

Amin, por medio de pastores y misioneros, conoció el Evangelio, y actualmente tiene una iglesia en su casa.

Medio Oriente. - Después de crecer involucrado con la intimidación que provoca el terrorismo y pasar largos años en presidio a justificación de sus crímenes, un hombre en la India fue capaz de retomar su vida. Él recibió la visita de misioneros y pastores y actualmente tiene una iglesia en su casa.

Amin (nombre irreal por razones de seguridad) se unió a las fuerzas del terror islámico en 1992, cuando apenas era un adolescente. Tan pronto perfeccionó su adiestramiento, se convirtió en comandante de un grupo saboteador cuyo objetivo era arruinar templos hindúes e iglesias cristianas.

Después de ser herido en un intento de ataque a un santuario hinduista, Amin acabó siendo trasladado a un hospital y quedó bajo atención de los agentes policíacos. Todo, por sus prácticas despiadadas y terroristas.

El equipo El Ministerio Bibles for Mideast estaba en el clínica para visitar a ciertos enfermos y terminó conociendo a Amin. Los misioneros contaron sus testimonios de vida y compartieron La Palabra de Jesucristo con el exterrorista, pero él no dijo ninguna palabra.


Amin fue condenado a presidio carente derecho a aval (fianza), debido a la ley anti-terrorista en la India, y permaneció detenido sin asistencia jurídica.

24 años después, Amin fue liberado, ya hace 2 años.

Antes de la otorgársele la libertad a Amin, el pastor Paul, de Bibles for Mideast, había encontrado a un terrorista en la cárcel, pero mientras daba una de las clases bíblicas realizadas con los detenidos, Amin fue amistoso, participó en la reunión y recibió una Biblia de regalo.

Llega un pedido de ayuda

En septiembre de este año, el pastor Paul recibió una llamada inesperada: en esta se enteró de que Amin estaba necesitando urgentemente de sus oraciones, por una grave enfermedad que estaba padeciendo.

Días más tarde el pastor viajó dieciocho horas para unirse a otros dos líderes, quienes se proponían encontrar a Amin y a su casta. A los cuarenta y seis años, Amin se encontraba muy débil, sin pareja ni hijos. Apenas podía trasladarse y estaba bajo los cuidados de su madre, hermano, cuñada y sobrinos.



Los pastores fueron bien recibidos y compartieron la Doctrina de Cristo con la familia de Amin, pero su hermano se ofendió y exigió que salieran de su casa. Los líderes comunitarios y el imán de la mezquita local se enteraron sobre visitantes cristianos y fueron con ellos.

El pastor Paul explicó: “Educadamente les hablé sobre Jesucristo y su sacrificio en la cruz. Pero con mucha rabia, el imán me dio un golpe en el rostro”.

Cuando Amin presenció la agresión al pastor, gritó luego de sentir un inmenso dolor y fue ayudado por Paul. Él y otros pastores se reunieron a su alrededor y comenzaron a invocar la Presencia del Espíritu Santo.

Su hermano quedó indignado con lo que hizo el imán y quedó sorprendido con la compasión de los cristianos. En el momento en que todos se fueron, él y el resto del clan se disculparon con los pastores.

“Después de eso, todos se sentaron delante de nosotros y escucharon la Palabra de Dios. Algunas personas vecinas se unieron a la celebración del culto evangelístico. Ese mismo día, todos los que Vivian en aquella casa aceptaron a Jesucristo como su Señor y Salvador”, cuenta Paul.

Durante esa misma noche Amin soñó que Jesús lo tocaba y lo curaba. En el momento en, se levantó, caminó y corrió por la casa. Su hermano incluso tuvo un sueño con Cristo.

Los pastores se quedaron cuatro días en casa de Amin e inclusive, aunque era pequeña y humilde, acabó abriendo un deseo mayor. Al segundo día de la visita de los cristianos, más personas se juntaron en sus momentos de oración. Al tercer día, diferentes aldeanos participaron y se entregaron a Jesús.

Al cuarto día, una iglesia nació. Ellos realizaron un culto de adoración y el pastor Mujib pasó a ser responsable del ministerio recién formado.

 
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