“Los alimentos fermentados ayudan con la digestión. Eso es algo que deberías darle a tu hija”.
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[...] Alimentos ‘fermentados’ (no quiere decir que estén en un estado de descomposición) han sido parte de nuestra dieta por miles de años. Algunos ejemplos son la col fermentada o chucrut, el yogurt, el kimchi, este último es otro vegetal fermentado típico de la comida coreana.
La importancia de este tipo de comidas radica en que son una buena fuente de probióticos naturales, o en otras palabras, que tienen las bacterias buenas que son útiles para nuestra flora intestinal. De hecho, estudios han demostrado que ayudan a mantener no sólo nuestra digestión saludable, sino que también nuestro sistema inmune.
¿Ha escuchado que en un tiempo a la col o repollo se le llamaba "El doctor de los pobres"? Pues cualquiera de estos alimentos fermentados puede ayudarnos con nuestra digestión.
Fue así que Donna empezó a darle a su hija los alimentos fermentados en cada comida: por la mañana hacía un batido de frutas con yogurt kefir (un yogurt hecho de forma natural el cual contiene más bacterias saludables), mientras que para el almuerzo y la cena le daba vegetales fermentados. También se aseguraba de que bebiese kombucha, un tipo de té fermentado muy popular en Japón.
RESULTADOS:
"El cambio no fue de la noche a la mañana, sólo trataba de añadir alimentos en vez de eliminarlos y en sólo tres meses su intolerancia y las alergias alimentarias comenzaron a desaparecer", explica esta madre.
Luego de un año Maci podía comer absolutamente todo lo que quería sin ningún tipo de problemas.
Puede que no siempre creamos que la comida puede ser una gran medicina. Estamos acostumbrados a los fármacos que nos arreglan una cosa y nos dañan otra o no nos curan en lo absoluto. No obstante, un estudio publicado el año pasado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias demostró que los probióticos pueden llegar a curar intolerancias y alergias alimentarias en ciertos casos.
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Fue así que Donna empezó a darle a su hija los alimentos fermentados en cada comida: por la mañana hacía un batido de frutas con yogurt kefir (un yogurt hecho de forma natural el cual contiene más bacterias saludables), mientras que para el almuerzo y la cena le daba vegetales fermentados. También se aseguraba de que bebiese kombucha, un tipo de té fermentado muy popular en Japón.
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"El cambio no fue de la noche a la mañana, sólo trataba de añadir alimentos en vez de eliminarlos y en sólo tres meses su intolerancia y las alergias alimentarias comenzaron a desaparecer", explica esta madre.
Luego de un año Maci podía comer absolutamente todo lo que quería sin ningún tipo de problemas.
Puede que no siempre creamos que la comida puede ser una gran medicina. Estamos acostumbrados a los fármacos que nos arreglan una cosa y nos dañan otra o no nos curan en lo absoluto. No obstante, un estudio publicado el año pasado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias demostró que los probióticos pueden llegar a curar intolerancias y alergias alimentarias en ciertos casos.
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