Alimentos para tener unos riñones saludables

2017-12-24

El matrimonio de Karla se había enfriado desde hacía varios meses, poco a poco. Conflictos entre Roberto su esposo y la familia de Karla habían causado distanciamientos entre ellos. Constantemente, se iban a dormir enojados, y casi siempre la raíz del problema eran las constantes intrusiones de los familiares de Karla en su matrimonio.  

Miren, Karla venia de una familia adinerada. Roberto era empleado del papá de Karla, y fue así como la conoció, se enamoraron y se casaron. Aunque antes de casarse, Roberto renunció al empleo en la empresa y se fue a trabajar por su cuenta, vendiendo productos similares a los que vendía cuando trabajaba con la familia de Karla.

Eso hizo que el papá de Karla se enfureciera. En vez de entender el deseo de independencia del joven, su anhelo de no depender de los papás de Karla, en cierta manera, ya que, siendo empleado de ellos era como ser esclavo, según el mismo nos cuenta.

La familia de Karla pensaba de sí mismos que eran superiores en todo a Roberto. Según ellos, Karla no debió haberse casado con él, y además estaba criando de una manera muy baja a su primer hijo. Estas cositas y muchas más eran sacadas a la luz de una u otra manera cuando Roberto tenía algún tipo de roce con la familia. Para él, era un infierno, y Karla, aunque se decía al 1000% enamorada de Roberto, en realidad no se ponía de su lado cuando era criticado o atacado. Karla casi siempre les daba la razón a sus padres.

El distanciamiento creció hasta el grado que ya casi no había intimidad entre ellos. Tal vez una o dos veces a la semana, a veces ni eso. Karla empezó a sospechar que Roberto tal vez salía con otra mujer, pequeños detalles íntimos le hacían sospechar. Roberto empezó a lavar su ropa interior, se bañaba inmediatamente al llegar a la casa, y a veces llegaba muy noche, y perdió el interés en tener una mejor vida sexual con Karla. Aunque su relación con su hijo no cambió, pero a veces no lo veía en todo el día porque el niño ya estaba dormido cuando Roberto llegaba.

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Un miércoles Karla recibió la llamada de una amiga y esta le comentó que juraba que había visto a Roberto con una chica dominicana muy linda, pero que no podía confirmar si estaba con esa chica en alguna situación de negocios en un restaurant o, si era alguna cita amorosa. Ambos se veían muy alegres y se miraban como si fueran muy amigos, pero a la vez miraban alrededor como si temiesen que alguien los estuviera mirando.

Unos días después, en sábado, Roberto salió a trabajar y prometió llegar a las 4:00 pm para llevar a Karla y al niño al circo. Roberto no llegó, y Karla empezó a enviar mensajes, a llamarlo. Trató de localizarlo por Facebook y WhatsApp, a los cuales Roberto no contestaba. Parecía que su teléfono estuviese apagado.
Ya llegada la noche Karla se angustió, pero prefirió no llamar a su familia para no complicar más las cosas. Roberto, jamás contestó las llamadas ni los mensajes y regresó a casa hasta las 6:00 de la mañana.

Karla lo espero en la puerta. Roberto estaba asustado, temeroso. No sabía qué decir. Para no alargar más la historia, esa misma mañana Roberto le confesó a Karla que se había enamorado de otra mujer (la dominicana), y que había pasado la noche con ella, aunque por accidente, según él, que no era algo planeado.
Karla estaba desvastada. No sabía qué hacer. Fue así como la conocimos, nos escribió para pedir consejo. Aunque ella ya sabía las razones por las cuales Roberto no había ido a dormir, y le parecía que su infidelidad era imperdonable. Para Karla el divorcio era algo necesario. No podía pensar de otra manera. Aunque Roberto jamás le habló de divorcio. Solo le confesó que estaba enamorado, pero jamás le dijo que la quería dejar (a Karla).

 

¿Qué hacer si tu marido no llega a dormir y tú tienes sospechas fundadas de que el posiblemente esté con otra mujer?
 
1-  No involucres a tus hijos.  He sabido de varias historias donde la esposa involucra a los hijos al grado de llevarlos con ella a buscar a su padre y hasta tocarle la puerta del hotel o la casa donde pasa el tiempo con la otra mujer. Otras hablan cosas de las cuales se arrepienten, ya que las palabras lastiman la imagen que los hijos tienen de su padre. Si tú piensas que tu situación te llevará al divorcio, no involucres a tus hijos hasta que haya llegado el momento de explicarles calmadamente la situación. Pero insultos, chismes, gritos, golpes, llantos y calumnias, eso tus hijos jamás deben escuchar. No ganas nada con hacerlo, más bien pierden su confianza en ti y en su padre. Deja esa conducta para las actrices de telenovelas.

2.- Si no estás segura de que él está con otra mujer, no precipites las cosas. Y aun si estuviera, no vas a ganar nada si lo esperas dispuesta incluso a la violencia. He sabido de situaciones que empezaron con la ira del cónyuge, y terminaron con la muerte del otro, por accidente. Un empujón, un golpe, un arma, aunque no esté cargada, o cualquier cosa que incita a la violencia, puede causar más daño del que te imaginas. Conocí el caso donde un hijo adolescente recibió un golpe que era para el esposo infiel y por ese golpe casi queda inválido. En otro caso, una niña tropezó en las escaleras y se rompió ambas piernas al venir corriendo a ver porque peleaban sus padres. En otro caso, la esposa tomo las llaves del auto y salió violentamente, atropellando a su propio padre que venía también a ver de qué se trataba tanto grito.

3.- No estamos diciendo que seas cómplice de la conducta de tu marido, ni que le des un diploma o trofeo por haber llegado tarde. Pero la violencia hará que él se forme expectativas falsas de su relación contigo y con la otra mujer, por lo general, pensará que él tenía razón, él ya no debe seguir contigo, y por otro lado, se le formará la falsa esperanza de que con la otra mujer tendrá una mejor vida. Pero casi nunca es así. Si tu hubieras reaccionado diferente, tal vez hubiera existido algún dialogo, y tú le pudieras demostrar que lo amas de alguna manera. Y en la mayoría de las ocasiones, la otra relación fracasa y el termina como el perro de las dos tortas, sin la una, y sin la otra; y tus hijos se quedan solos, sin posibilidad de reconciliación por todas las heridas que la violencia causó. No digo que en realidad sea imposible la reconciliación, pero será muy difícil y va a requerir que uno de los dos cónyuges esté dispuesto a perdonar al 100%.  En estos tiempos este tipo de perdón ya no se usa.

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4.- Obviamente no involucres a terceras personas, ni a vecinos “interesados en ayudar”. Casi nadie, en estos casos, extiende la mano sin interés. Algunos solo por el interés de ver que otros fracasen son capaces de enredar tu mente en el momento en que eres más vulnerable. Otros tendrán interés en ti como mujer, y otras, tendrán un interés oculto por tal vez quedarse con tu marido o hacer que alguien más se quede con él; y hasta he visto que hay personas que logran enredar a familias con problemas, con tal de lograr que los hijos queden solos y vulnerables para aprovecharse de ellos. Cuidado, no todo el que te extiende la mano es tu amigo.

5. Si tu marido no ha llegado a dormir, yo te pido que te sientes en tu cama, en la sala, donde sea y cierres tus ojos y le pidas a Dios calma y madurez. Dios es bueno, recuérdalo siempre, y aunque Dios no es el culpable de la situación, el sí está dispuesto a involucrarse en la restauración y sanidad de tu matrimonio.  Habla con Dios y pídele ayuda, búscalo en tu soledad y dolor y puedes estar segura de que él te responderá.
En muchas ocasiones se necesitará de un milagro y uno de los dos tendrá que empezar el proceso perdonando al otro.

Obviamente, el cónyuge infiel tiene que dejar la otra relación. En el pasado, conocí a mujeres que soportaron aun el saber que el marido dormiría fuera de la casa con otra mujer, y aun, a pesar de esto, corrieron riesgos de violencia y de ser contagiadas de enfermedades, y todo por el más grande sacrificio de mantener la familia unida por los hijos. Sin embargo, esto ya casi no se ve. Ahora, el divorcio es una opción barata y rápida, y es lo más fácil para quienes no quieren pasar por el dolor y la humillación del arrepentimiento y el perdón.

Estas dos últimas opciones, arrepentimiento y perdón son las que traen mayor fruto a largo plazo. La violencia física y mental y la separación solo causaran dolor y aniquilaran el deseo de vivir en algunas personas, y muchas veces afecta a  los hijos de un matrimonio con problemas.
Busca ayuda en Dios, esta es tu mejor opción.

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