Un padre encuentra un propósito en la vida, después del suicidio de su hijo

2022-03-01

La palabra “bullying” no es muy conocida en los países de habla hispana, pero gracias a los medios de comunicación, el mensaje está llegando. Bullying es el  acoso escolar también conocido como hostigamiento en las escuelas. Es cualquier forma de maltrato: manoteos, maltrato físico, verbal o psicológico producidos entre escolares de forma insistente; a lo largo de un tiempo determinado. 

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Estadísticamente, la forma de abuso o violencia dominante en las escuelas es el abuso emocional, y se da mayormente en el aula y en el patio de la escuela. Las víctimas de estos abusos son -por lo regular- niños y niñas entre 11 y 14 años.

La familia Samalley ha vivido una de las peores consecuencias del bullying en las escuelas: su hijo Ty… se quitó la vida, cansado de los abusos.

Sin embargo, Kirk Smalley transformó su dolor en una misión positiva y edificante: ayuda a los niños que son víctimas de bullying (acoso escolar) en las escuelas.

Kirk y Laura Smalley sufrieron la peor pesadilla de todo padre: enterrar a su hijo. Ty, su pequeño de sólo 11 años de edad, fue atormentado durante varios años. Al final, no pudo soportar más los abusos y decidió que el suicidio era su única salida. Su padre nos relata la triste historia:

"Este chico lo había estado molestando durante más de dos años, se acercó y comenzó a fastidiarlo nuevamente; y supongo que Ty, finalmente, tuvo suficiente: el tomó represalias... lo atraparon y fue suspendido por tres días”, nos cuenta el padre, con el corazón en la mano.

“Llamaron a su mamá. Laura fue a recogerlo y lo llevó a casa. Ella le dijo a Ty que hiciera su tarea, que terminara sus deberes… Le dijo que hablarían cuando llegara a casa esa noche, pero cuando Laura regresó... se dio cuenta de que Ty no había hecho su tarea. Nuestro chico no hizo sus deberes… en su lugar, se suicidó en el piso de nuestra habitación", dijo Kirk Smalley.

Ya hace casi tres años de la muerte de Ty, y el dolor de esa pérdida sigue grabada en los rostros de sus padres: sus caras tristes, perpetuamente al borde de las lágrimas.

"Admitir que ya él no va entrar por esa puerta otra vez... es algo en lo que no soy lo suficientemente fuerte", dijo Kirk Smalley.

"Sus zapatos están todavía delante de la puerta principal, por si él abre la puerta y entra".

En la desesperación tras la muerte de Ty, Kirk ha encontrado un propósito para continuar la batalla que su hijo tuvo que luchar durante su corta vida.

"Un mes y siete días después del suicidio de Ty, fue el Día del Padre. No podía dormir... y ese día sólo se cernía y vislumbraba en el horizonte; y cuando finalmente llegó, sabía que tenía que hacer algo… Así que le hice una promesa a Ty ese día: que yo iba a detener el bullying en este mundo. Por él y por todos los demás niños que están sufriendo el mismo acoso, la misma intimidación. No romperé la promesa", dijo Kirk.

Él y Laura formaron una organización anti-bullying con un grupo de estudiantes de la secundaria, que se enteró de lo ocurrido y ahora se han unido en la lucha contra el bullying en las escuelas. El grupo se  llama Stand for the Silent (Levántate por los que sufren en silencio). La vida de Kirk tiene ahora un propósito, una misión para detener el acoso y el suicidio juvenil

Kirk pasa los días contando la historia de su hijo como una advertencia a los estudiantes de todo el país.

"Lo hacemos porque no queremos que otra familia viva nuestra pesadilla. Laura no quiere ver que otra madre encuentre a su hijo en la forma en que encontramos al nuestro. No queremos que otro niño sienta alguna vez lo que Ty sintió. Ni que piense que el suicidio es la única opción. No lo estamos haciendo sólo por Ty: lo hacemos por todos los chicos víctimas del bullying que hay por ahí ", dijo Kirk.

Otro objetivo importante de Stand for the Silent es inspirar a los estudiantes a hacer el cambio que ellos quieran para sus escuelas.

"La parte principal de nuestro mensaje no es estar en silencio y ver que sucede. Si somos capaces de empoderar a los niños, a estar dispuestos a ponerse de pie y decir: "¿sabes qué? Esto no está bien. No es gracioso, entonces en gran medida estos niños serán más numerosos que los intimidadores. Un niño, una sola voz puede hacer la diferencia", dice Kirk comprometido.

Kirk ha hecho presentaciones en más de 500 escuelas y ha hablado con cientos de miles de niños en los casi tres años transcurridos desde la muerte de Ty. Aunque su trabajo se centra ahora en los estudiantes de todo el país, siempre tiene a su hijo en la mente.

"Creo que nuestro chico estaría orgulloso", dijo. "Creo que hay una razón por la que estamos haciendo lo que estamos haciendo. Pienso que lo siento conmigo cuando estoy hablando con estos chicos. Sé que es un hecho, que hay una razón por la que nos pusieron en este camino, no importa si queremos estar aquí o no”.

 ¡Basta ya de bullying! ¡Apoyemos a nuestros hijos!

  

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