Tuve que hablar seriamente con la directora de la escuela
Lo que me dijo mi hija
fue suficiente. No pude escuchar más. Inmediatamente le dije, que ese
collar lo teníamos que devolver porque no era propio ni correcto que ella
recibiera regalos secretos de personas mayores que ella o de cualquier edad. Y
le recordé que nadie debe tocarle ciertas áreas de su cuerpo, aun partes de su
cuerpo que puedan ser tocadas como señal de amistad, esto no debe suceder
nunca, en situaciones con personas mayores que ella.
Mi siguiente paso fue parar las clases de natación, por unos días, y además ir
a la dirección de esta escuelita y hablar con la directora. A ella le
conté todo tal y como me lo dijo mi hija. Se quedo muy pensativa, y me pidió
mil disculpas, pero me pidió que esto “no pasara a mayores”.