Liberan niña que vivió 9 años encerrada con un mono y un perro

2022-02-09
Liberan niña que vivió 9 años encerrada con un mono y un perro

Buenos Aires- Una niña -ahora adolescente- estuvo nueve años encerrada en un garaje junto a un mono y un perro. La chica estaba bajo la custodia provisional de una pareja de  adoradores de la Santa Muerte. La justicia, puso fin a su suplicio. 

Se trata de un caso en el que el Juzgado Civil entregó en 2001 la custodia de la niña a una pareja, debido a que la madre biologica de la niña carecía de recursos para mantenerla. La madre biológica tenía otros siete hijos que mantener, por lo que entregó la custodia a esta pareja.

La joven ahora tiene 15 años, y la misma se encuentra internada en un centro médico, debido a su mal estado de salud. La joven pesa sólo 20 kilos. 

Al momento de su rescate, los agentes se horrorizaron al ver la figura casi transparente de la niña; la cual contrastaba con la del mono, pero él sí estaba muy bien alimentado. Por desgracia, la joven presenta un retraso madurativo producto de la inanición. 

La joven comía esporádicamente levadura de cerveza, pan y agua; mientras el perro y el mono comían mucho mejor, ya que se encontraban en muy buena forma. 

La pareja adoradora de la Santa Muerte fue detenida e identificada como Daniel Gómez, de 43 años de edad, y Adriana Barros, de 56 años, ambos argentinos. Ahora la pareja enfrenta cargos por "reducción a la esclavitud y la servidumbre, lesiones graves y privación ilegal de la libertad". 

El Juzgado Nacional en el Criminal de Instrucción No. 42, de la Secretaría 106. La jueza María Gabriel Lanz rechazó el pedido de excarcelamiento solicitado por el abogado de la pareja.

La joven declaró bajo el sistema de Cámara Gesell, que la pareja la castigaba y la golpeaba con cinturones cuando ella comía las sobras de los animales. La joven agregó que salió del garaje en sólo dos ocasiones en los nueve años que estuvo en cautiverio. 

Al principio los familiares de la niña mantuvieron contacto, pero a partir de 2005 nadie, inexplicablemente, se interesó por el estado de la menor. 

No obstante, cuando la hermana de la víctima cumplió 18 años, la buscó y fue cuando dio con el paradero de la adolescente esclavizada. Así pues, con los datos proporcionados por la joven, la Justicia reunió los elementos necesarios para que los investigadores pudieran dar con la vivienda en la que se encontraba la joven esclava.


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