Maestro se rapa la cabeza para apoyar a un alumno enfermo

2017-06-22

No sé a ti, pero a mí me encanta ver fotografías. Al verlas trato de imaginar cómo es la vida de quien está posando, qué hace, qué le ha pasado, cómo vive. Son tantas las cosas que me pregunto, pues a veces, sin nosotros saberlo, esa persona ha hecho algo increíble, algo que puede hacer estremecer nuestro corazón.

Detrás de esta imagen se esconde un papá que después del trabajo, utilizaba un baño público para ducharse, y ocultar la realidad sobre su trabajo.
Lo hizo para que sus hijas pudieran convertirse en profesionales, en mujeres de bien ... Una historia de la vida real que encogerá tu corazón.

GMB Akash, un fotógrafo profesional de Bangladesh, un país que se encuentra al sur de Asia, se ha centrado en fotografiar a la gente de su país, mostrando las historias personales detrás de ella, y de esta forma, se dio a conocer esta conmovedora historia de amor de un padre por sus hijas.

Basados en el sitio de noticias Newsner, esta es la historia de un padre cuyo único deseo en la vida era lograr que sus hijas asistieran a la universidad. Oportunidad que él nunca tuvo.
Según sus propias palabras: "Nunca les conté a mis hijas cuál era mi trabajo, pues no quería que ellas se avergonzaran de mí". Cuando mi niña más pequeña me preguntó cuál era mi trabajo, le dije que era un empleado; por eso, antes de regresar a mi casa, cada día me lavaba en un baño público para poder llegar a casa limpio.

La parte más emocionante de esta historia, según cuenta este padre de familia, llega cuando él debió juntar el dinero para pagar la matrícula de su hija para ingresar a la universidad.
Todo lo que había ahorrado de su trabajo no bastaba, por más que se esforzó no tenía el dinero completo. De modo que, como lo hacía cada mañana se presentó a su trabajo, aunque era imposible contener sus lágrimas de decepción. Se sentía frustrado por no tener la capacidad de juntar el dinero suficiente para el pago de la universidad de su amada hija.

Al final del día, sus compañeros se le acercaron, y todos ofrecieron el pago de su día para completar el dinero que faltaba para pagar la matrícula de su hija. El noble hombre rechazó el ofrecimiento desinteresado de sus compañeros, pero estos expresaron:

"Hoy tendremos hambre, sin embargo, tu hija irá a la universidad".

"Ese día regresé a mi casa como un "limpiador", lo que yo era.  Mi hija va a terminar su universidad muy pronto. Tres de ellas no me dejan ir a trabajar más. Ella tiene un trabajo de tiempo parcial y tres de ellas pagan la matrícula. Pero con frecuencia me llevan a mi viejo trabajo y compran comida para todos mis compañeros, y les agradece diciendo:


‘Un día todos ustedes pasaron hambre por mí, para que hoy pudiera ser quien soy. Sigo orando para que pueda alimentarlos todos los días de sus vidas’.

Seguramente, al igual que este hombre de ese pequeño país de Pakistán, emancipado hace apenas 35 años, y el cual es considerado como el país más pobre del mundo, eres una madre o un padre ejemplar, quien da todo lo que tiene por sus hijos.

Cultiva buenas amistades, predica con tu ejemplo, trata a los demás como quieres que te traten y sigue haciendo hasta lo imposible por tus hijos. Dios es bueno.

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